El cese por parte del alcalde, Pablo Carrillo, de los concejales del CDeI que hasta ayer mismo formaban parte del equipo de gobierno ha provocado que los protagonistas dieran las explicaciones pertinentes y su versión de los hechos. Faltaban para completar todas las aristas los ediles cesados, es decir, Benito García, Francisca Fernández, Pilar Fernández y Miguel Ángel Carrasco. Hoy mismo se han sentando ante la prensa para valorar una situación de la que han dicho que «ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos», pero dejando claro cual es el bando donde se sitúan las dos partes del hasta ahora equipo de gobierno.

Benito García ha llevado la batuta en una rueda de prensa en la que ha calificado la decisión del PSOE ejecutada por el primer edil pozoalbense como «drástica, torpe y sin precedentes». García se ha remontado a la pérdida de mayoría absoluta del equipo de gobierno tras los problemas del CDeI que finalizaron con la marcha de Josefa Márquez. Un punto que para él es primordial porque «desde entonces el alcalde aprovechó esa situación para crear un perjuicio permanente, fue el primero de los engaños y el momento en el que debimos dimitir en bloque como concejales de un gobierno que empezaba a ser fraudulento pero entendimos que eso supondría una huida y la responsabilidad nos hizo quedarnos a pesar de las dificultades».

El hasta ahora primer teniente alcalde ha tenido en su punto de mira tanto a Pablo Carrillo como «a su segundo», César Bravo, y ha indicado que «su acción no es más que una venganza que viene de atrás y que está bien diseñada por agentes externos a nuestra propia localidad». Para el CDeI, el único trabajo realizado por el alcalde ha sido el de «aparecer en cualquier lado donde había un fotógrafo y vivir de las rentas políticas que le han permitido el trabajo que hemos realizado otros» manifestando su «incapacidad para gobernar».

Duras acusaciones 

Una de las acusaciones más graves vertidas por García ha estado enfocada a la relación que, según él, mantienen los ediles socialistas con los trabajadores del Ayuntamiento al afirmar que «no han sido capaces de solucionar un conflicto, sino de enquistarlo y con los trabajadores han aplicado el látigo, los cortes de cabeza, destinándolos a las mazmorras». «La imposición y la fuerza son las formas que han venido utilizando escudándose en sus competencias», ha detallado. «El alcalde tiene legitimidad para hacerlo, pero no legitimidad moral para realizar esta agresión sin precedentes, inútil», ha expuesto refiriéndose de nuevo al decreto firmado en el día de ayer.

En cuanto a la gestión, los concejales de la formación han acusado al PSOE de agenciarse proyectos por los que «no ha hecho nada» y García ha recalcado en varias ocasiones «las ausencias» del primer edil pozoalbense. Una forma de trabajar que «nos ha obligado a dirigirnos por escrito hartos del ninguneo y la ausencia de información incluso a su socio de gobierno, lo que indica que han sido desleales». El líder del CDeI ha vuelto a reiterar el término «agresión» para asegurar que «nos ha dado mucha más fuerza y unión para seguir trabajando».

Cuestionado sobre el fracaso de aquel pacto de estabilidad sobre el que argumentaron la moción de censura llevada a cabo al inicio de la legislatura, García ha afirmado que «evidentemente hemos fracasado» pero sin dejar mucho espacio a una autocrítica más allá de tener que haber roto el pacto de gobierno hace dos años. «Han utilizando el mayor nivel de poder engañándonos y engañando a los ciudadanos y este mandato ha sido el más tortuoso que he tenido que vivir. Me he equivocado en ocasiones pero es el periodo más lamentable de los que yo he conocido por la desidia, la desgana en el trabajo, la actitud prepotente contra lo que no les gusta».