A toda acción se le presume una reacción, ante una acusación se espera una defensa, más si nos adentramos en el terreno de la política. El manejo de los tiempos es vital para salir airoso de ciertas cuestiones, pero el silencio en ocasiones es el peor de los aliados por las especulaciones que permite ante la ausencia de explicaciones. Ese concepto de tiempo encuentra diferentes marcos en el Ayuntamiento de Pozoblanco donde parece que el tiempo pasa mientras no sucede nada. La semana pasada hoyadia.com se hizo eco de una rueda de prensa donde un ciudadano denunciaba el modo de actuar en ciertos procedimientos relacionados con el urbanismo pozoalbense. Más allá de una contestación en forma de carta al director del primer teniente alcalde, Emiliano Pozuelo, nadie salió al paso de las acusaciones vertidas. Nadie. Silencio político.

Ayer Pozoblanco en Positivo presentaba su propuesta de ordenanzas y lo que podría ser un hecho sin mayor relevancia nos llama la atención porque es la primera vez en esta legislatura que una propuesta de esta índole es presentada por un grupo del equipo de gobierno de manera unilateral, al menos públicamente. No hay que irse muy lejos para observar que estos movimientos son normales en localidades donde gobierna una coalición, con las lógicas tensiones que estas uniones suelen generar.

Pero es que lo que está pasando en el Ayuntamiento de Pozoblanco va más allá de meras discrepancias por cuestiones esporádicas y el tándem PP-Pe+ está muy lejos de pasar por sus mejores momentos y esta afirmación no es fruto de las elucubraciones, sino que camina por el sendero de la realidad. La lealtad, condición sine qua non para que este tipo de coaliciones consigan sortear las dificultades, se rompió hace tiempo de manera pública y privada.

Ese es un hecho, por ejemplo, que los medios de comunicación podemos constatar casi a diario con las convocatorias que llegan desde las diferentes delegaciones con presencias tan sorprendentes o más como algunas ausencias. Alguien dirá que no tiene importancia quién se sienta delante de los medios, pues la tiene, créanme, en la legislatura más mediática de cuantas hemos vivido en Pozoblanco quien sale en las fotos y quien no es algo que gusta tener controlado a ciertos miembros del equipo de gobierno y que nos ha permitido ir viendo de manera pública el decaimiento de esa buena relación de la que presumieron durante meses PP y Pe+. Más allá de escenificaciones las discrepancias se sustentan también en dos formas de trabajar dispares que están provocando más de un choque, alguno complicado de reconducir, y otros que con el tiempo probablemente conoceremos, así como su posible repercusión para el cumplimento de ciertos compromisos adquiridos.

Llegados a este punto la cuestión que resta por dirimir es el nivel de tensión que alcanzará esa relación y cómo ambas partes trabajarán para que la misma no acabe por dinamitar el pacto de gobierno, algo que sinceramente creo que los dos grupos intentarán conseguir para no lastrar otra legislatura en Pozoblanco, más allá de posibles intereses.

A estas alturas de la legislatura, con el grado de conocimiento de unos y otros, las formas de hacer y de dejar de hacer, no se nos puede pedir que seamos parte de ese silencio y dejemos de contar lo que es un secreto a voces –contado por los propios protagonistas-. No nos pueden pedir que sigamos vendiendo más humo. Cuesta denunciar ciertas situaciones, pero sirvan estas líneas también para denunciar las amenazas que este medio ha sufrido a raíz de la información a la que aludía en el primer párrafo de este artículo. Vaya por delante que ante una información que alguien considera manipulada, errónea o difamatoria para el propio honor cabe la opción judicial, pero lo que no tiene lugar es la amenaza, la coacción y el intentar amedrentar la libertad con expresiones como “te voy a llevar a los tribunales, te voy a crujir y a sacar todo lo que pueda”. Eso también es algo que está pasando en el Ayuntamiento de Pozoblanco.