Dos Torres volvió a vivir en el día de ayer una noche mágica al calor de la gran candela que da vida la tradicional fiesta de la Candelaria y que llenó las calles de la localidad de Los Pedroches de vida a pesar de las bajas temperaturas de la noche. La gigantesca candela cobró más importancia que nunca y se convirtió en el refugio de quienes optaron por disfrutar de una noche que convirtió al entorno de la Plaza de la Villa en un lugar que recordó a tiempos pasados.

Los vecinos de la localidad volvieron a volcarse en una fiesta que parece no encontrar techo y que encuentra el respaldo de una ciudadanía que encuentra y reivindica su identidad a través de esta cita que se sucede año tras año. La implicación de los vecinos es indudable y ellos mismos reconocen que “durante estos tres días abrimos los brazos a todos aquellos que vienen hasta aquí porque la Candelaria ha crecido exponencialmente durante los últimos años y es importante para nosotros”.

Con esa idea de una fiesta colectiva, las horas se fueron consumido al igual que las toneladas de troncos de centenarias encinas y entre bailes y teatros la Candelaria volvió a demostrar que seguirá ardiendo mientras el respaldo de todo un pueblo siga intacto. A estos elementos hubo que sumar las posibilidades de consumir productos de la zona y tapas especiales en una muestra gastronómica que consiguió que las cocinas de los bares y tabernas también entraran en calor desde primera hora.