Movimientos en el seno del Club Balonmano Pozoblanco que parece que cada día define más su futuro. Tal y como contamos hace unas semanas, la Junta Directiva de la entidad estaba sopesando la posibilidad de renunciar a la plaza de la División de Honor Plata que la Federación le ofrecería tras la desaparición del Balonmano Valladolid. Al parecer, ese ofrecimiento llegó el pasado viernes y hoy mismo, donde dos directivos se han trasladado hasta Madrid, se ha renunciado a esa plaza.

Al parecer, los últimos intentos para buscar recursos económicos no han surtido el efecto esperado y los miembros de la directiva han sopesado las opciones, por lo que su lugar en la segunda categoría del balonmano español será para el Atlético Valladolid al que se le «ha cedido» la plaza. Una decisión que deja al equipo en la Primera Andaluza, categoría en la que se inscribirá a la espera de hacer las diligencias pertinentes para permutar esa plaza y poder salir en la Primera Nacional.

Una decisión que viene a poner punto y final al balonmano de élite en Pozoblanco y dice adiós a un idilio que arrancó en la temporada 94/95 cuando el equipo pozoalbense consiguió dejar atrás la Primera Nacional y ascender a la por aquel entonces denominada División de Honor B. Un año después y tras una temporada magnífica, el entonces Prasa Pozoblanco consigue su mayor éxito, el ascenso a Asobal, una aventura que le duraría un año. Desde entonces a la actualidad, el equipo blanquillo ha permanecido en la División de Honor Plata salvando el descenso de hace tres temporadas, una historia que no se repetirá en esta ocasión.

Nuevos tiempos, por tanto, para una entidad que tendrá que ver, analizar y estudiar las posibilidades que tiene de cara al futuro. La merma de efectivos económicos, la falta de apoyos y el progresivo declive en la afición existente en la localidad han sido las claves para una situación que deja un futuro incierto.