Aunque la asociación Acuide barajaba su apertura para finales de mayo finalmente no ha sido hasta esta semana cuando el comedor social ha reanudado su actividad para seguir ofreciendo menús a personas en situación de precariedad o riesgo de exclusión social tres días a la semana. La asociación y los voluntarios que forman parte de la misma han reestructurado el comedor para adaptarse a las medidas que exige la actual situación sanitaria, medidas todas ellas que han sido evaluadas por una inspección de sanidad que dio luz verde a esta reapertura. El comedor atendió en su primer día de actividad a veinticinco usuarios, aunque en su segundo día de funcionamiento amplió esa cifra y se espera que hoy se incrementen. 

De momento, el funcionamiento normalizado tan sólo ha afectado a la cocina del comedor social ya que ante la situación creada por el Covid-19 se ha optado por repartir los menús y que el consumo no se haga en las instalaciones. Así, una persona por familia se acerca hasta el comedor social para recoger los menús para evitar aglomeraciones. Al entrar quedan perfectamente delimitadas las zonas ya que hay señalización para que los usuarios aguarden su turno manteniendo la distancia de seguridad pertinente. Además, el primer día de actividad desde Acuide se facilitaron mascarillas a aquellas personas que acudían sin ellas por tener. 

«Esperan su turno y le damos el táper donde va el menú diario, un primer plato, un segundo plato y el postre. Los táper no sn reutilizables y mantienen la temperatura adecuada. Además, seguimos dándoles aceite, leche, galletas o bocadillos», explica la presidenta de Acuide, Teresa Dueñas. A pesar de que en la actualidad el comedor podría abrir al 40 por ciento de su aforo, lo cierto es que sus responsables han decidido no dar ese paso hasta que finalice el estado de alarma, aunque recalcan que «queremos abrir lo antes posible porque este comedor no es un lugar donde la gente viene a por la comida y ya, es un espacio donde los usuarios hablan, se relacionan y ya nos han dicho que echan de menos ese aspecto porque aquí se escucha a la gente», explica Dueñas. 

Cuando se decida dar servicio en las instalaciones del comedor se apostará también por una reestructuración porque el servicio se realizará en dos turnos ya que «atendemos a personas mayores y son un grupo de riesgo, además de a niños». La asociación, por tanto, trabajará para que el comedor funcione por turnos con un intervalo entre ambos suficiente para llevar a cabo todas las medidas de higiene estipuladas. Medidas que se observan en cualquier punto del comedor, pero principalmente en la cocina donde las voluntarias trabajan con mascarilla y guardando la distancia para hacer una labor que permite a muchas familias aliviar su situación de precariedad.

Voluntarios

El comedor social funciona gracias a una red de voluntarios que se ha mostrado muy activa durante este tiempo solicitando la reapertura del comedor ante la sensación de ser más necesarios que nunca. Personas que también han dejado atrás las reticencias ante la situación sanitaria y a las que les gustaría que se sumasen a este proyecto voluntarios más jóvenes. «Me gustaría contar con voluntarios jóvenes, es verdad que durante algunos veranos hemos tenido, pero sería importante que se sumaran», relató la responsable de Acuide.