No hay manera de que el Club Deportivo Pozoblanco recupere la normalidad en la competición en este extraño inicio de año donde ha tenido que suspender los partidos programados hasta la fecha por el Covid-19. Y como no hay dos sin tres, el club pozoalbense sigue en esa dinámica y tampoco jugará el partido que le iba a medir el domingo al Conil ya que la situación respecto al virus sigue impidiendo que el equipo reanude sus compromisos ligueros, según ha anunciado la entidad esta misma mañana. 

«Nos hemos visto obligados a aplazar otro partido, era algo que presuponíamos que podía pasar, no éramos muy optimistas cuando salió un brote que éramos conscientes que salía del vestuario», ha explicado Antonio Jesús Cobos que ha precisado que a lo largo de estos días «se han ido sumando otros positivos». «El equipo se ha quedado muy mermado porque a los positivos que han ido saliendo hay que sumarles los que están en cuarentena, que no pueden salir de sus casas. No teníamos otra posibilidad porque el brote está en el vestuario, aunque creo que ya está controlado», ha precisado el técnico que espera que con el paso de los días «los jugadores puedan ir incorporándose a los entrenamientos y no arrastren secuelas» porque hay jugadores que «sí han pasado algunos días fastidiados». 

Esto se traduce, como contábamos hace unos días, en un calendario complicado para el Pozoblanco ya que tendrá que afrontar los partidos aplazados en las próximas semanas. Así las cosas, y según ha confirmado el club a este periódico, el Pozoblanco-Conil se disputará el miércoles 2 de febrero. No sería hasta esa fecha cuando los blanquillos se pondrían al día tras disputar el choque frente al Antoniano el 19 de enero y jugar una semana después (26 de enero) frente al Xerez en tierras gaditanas. La única parte positiva de esta situación es que en dos de los tres partidos aplazados el Pozoblanco actúa como local por lo que los desplazamientos se reducen al mínimo posible. 

No obstante, el nuevo contratiempo se suma a una situación que no deja de ser compleja ya que el equipo no volverá a la competición hasta el 19 de enero, es decir, casi dos semanas después que algunos de sus rivales. Y eso siempre que no se produzcan nuevos aplazamientos. La hoja de ruta será la anteriormente descrita, aunque hay que añadir los partidos de las correspondientes jornadas y que dejan el Genera-Pozoblanco (23 de enero), el Pozoblanco-Sevilla C (31 de enero) y el Sarlem-Pozoblanco (6 de febrero). 

De todo es consciente Cobos que analizando esta situación indicó que «esto nos merma muchísimo y nos deja un panorama por delante muy complicado para el mes de enero y, bueno, ya también para inicios de febrero porque vamos a tener que jugar seis partidos en apenas cuatro semanas, partidos entre semana y con jugadores que se van a pasar un tiempo sin entrenar». Con todo, el técnico ha resaltado que lo prioritario era «controlar el brote, que creo que ya está controlado» y a partir de ahí «hacer una planificación especial para poder disputar los partidos con las mayores garantías posibles, recuperar poco a poco a los jugadores que han salido positivos que, por desgracia, son bastantes y el resto que no pierdan el ritmo de competición porque es muy importante».