El titular que encabeza esta crónica no fue escuchado de manera literal en el Teatro «El Silo» durante el pregón de feria que realizó la Banda Municipal de Música, pero esas palabras, que nacen de las de Nietzsche -«La vida sin música sería un error»-, se desprendieron por lo escuchado en la noche de ayer y lo vivido a lo largo de los años en las fiestas pozoalbenses. Un colectivo por el que han pasado a lo largo de sus 150 años de historia más de trescientos integrantes no podía abogar por un pregón que fuese precisamente eso, colectivo. Dos hilos conductores tuvo el pregón de feria, lo audiovisual y la propia música. 

En el primer capítulo se anotaron los testimonios en vídeo de personas ligadas a la banda, de forma directa o indirecta, a colectivos cuya vida va íntimamente ligada a la Banda Municipal de Música o personalidades que conocen una historia que esbozó sucintamente Luis Lepe. Después de establecer los primeros lazos entre la Banda, la música, la vida y cultura pozoalbense, los testimonios se adentraron en las historias que encuentran su germen en este colectivo musical. Historias como la de María Luisa Calero, la primera mujer que entró a la Banda; la de Francisco Moyano, actual director; la de José Andrés Jurado destacando el aspecto humano del colectivo; o el de la familia Rubio Gómez con varias generaciones formando parte de la Banda Municipal de Música. 

Tras la parte audiovisual, que tuvo su colofón con el pase de fotografías de las diferentes épocas de la Banda, se pasó a esa reivindicación de la música, a esa invitación a vivir la feria desde la perspectiva de los músicos. Y el pregón viajó por un martes de feria, por ese paseo que tiene su epicentro en la calle la Feria y que culmina con el encendido de la portada; por las dianas floreadas -con reivindicación a la juventud para que viva esta tradición-; o por las tardes de toros donde la Banda de Música es pieza indispensable.

Los momentos más emotivos se firmaron con el recuerdo a miembros de la Banda ya fallecidos o cuando se pidió el reconocimiento a las familias de los componentes, por el apoyo durante semanas tan «complejas» como la de la propia feria. Así, el pregón terminó como empezó, con la música de quien fuera la verdadera protagonista, la Banda Municipal de Música de Pozoblanco.