Circo y numeritos, esas fueron las palabras empleadas por Santiago Cabello y Emiliano Pozuelo en la sesión plenaria de ayer para justificar que habían accedido a dejar el debate presupuestario sobre la mesa tras la petición de la oposición, que se unió en bloque. Es decir, ambos argumentaron que con esa decisión intentaban evitar el circo y los numeritos, el problema es que cualquier cosa que ocurriera ayer en el pleno que no fuera una aprobación presupuestaria tiene como máximos responsables a los partidos que lideran ambos políticos, es decir, PP y Pe+. Con nueve concejales y, por tanto, una mayoría absoluta incuestionable si el Ayuntamiento de Pozoblanco no tiene presupuestos a 27 de febrero es responsabilidad exclusiva de un equipo de gobierno que simplemente no ha hecho su trabajo. No hay muchas más lecturas.

Acusaron los portavoces de la oposición, Auxiliadora Pozuelo, Antonio López y José María Moyano, al equipo de gobierno de «falta de seriedad» al haber introducido cambios a la información facilitada relativa al presupuesto hasta en tres ocasiones fuera del plazo de dos días hábiles que estipula la ley para que toda la información relativa a un pleno esté en manos de los corporativos. El equipo de gobierno realizó modificaciones y envió las mismas a la oposición el viernes a las 15:05 horas y ayer lunes a las 14:57 horas y a las 20:39 horas, una situación que PSOE, CDeI e IU catalogaron de «inaceptable» y ante la que se plantaron solicitando el aplazamiento del debate y dejando claro que de lo contrario se levantarían de la sesión.

Eso fue lo que pasó ayer pero, ¿qué ocurrió en los días anteriores? Lo cierto es que en la jornada del viernes las informaciones que llegaban es que la aprobación del presupuesto no estaba cerrada por la negociación en ciertos puntos entre los dos socios de gobierno y esa incertidumbre se extendió durante el fin de semana con unos presupuestos que estaban «en el aire». Llegados a este punto se abre otro interrogante, ¿por qué el equipo de gobierno apuró hasta el viernes día 23 de febrero para ponerse de acuerdo? El PP facilitó el presupuesto a Pe+ el pasado 6 de febrero y en dos semanas ambos grupos no fueron capaces de sentarse para abordar un debate que es primordial para dejar constancia de que esa estabilidad institucional es algo más de una mera pose pública.

Retrocediendo algo más en el tiempo, cuando el borrador de presupuestos no estuvo entregado en diciembre se explicó que se estaba trabajando teniendo como principal punto los cambios que se querían introducir para sacar a concurso de nuevo los pliegos del servicio de limpieza -este mes hace un año que se rescindió el primero de los tres contratos de ese servicio-. Podríamos afirmar, por tanto, sin mucho miedo a equivocarnos que la premura y la agilidad no es una característica de nuestro Ayuntamiento.

Pero volviendo a la negociación presupuestaria, el numerito vivido ayer lo firmaron los dos grupos del equipo de gobierno que volvieron a demostrar que su sintonía es impostada y que durará según varíe el interés particular de algunos, ya que si el interés colectivo hubiera sido su prioridad se hubieran sentado algo antes a negociar para cerrar el presupuesto y dar luz verde al documento económico.