No suelo pero hoy te voy a tutear. Una persona que naciera al final de la Guerra Civil en 1939 tiene hoy 79 años. Las que cumplen 65 este año nacieron en 1953 y tienen casi 15 años menos que las anteriores. En esa franja de edad encontramos gente diversa y variopinta. Como la vida.

Imagina, por ejemplo, una señora de unos 80 años que se ha pasado la vida, la vida entera, acarreando muchachos y marido sin más día de asueto que el domingo para ir a misa (hablo de arquetipos). Imaginen a un señor, joven jubilado, que naciendo en estos pueblos nuestros cogió el petate y se montó en un tren a Barcelona hace 40 años para currar en fábrica o industria varia durante las postrimerías del franquismo.

Sabes perfectamente de que gente estoy hablando. Mulas y mulos de carga que se han partido la cara sacando a este país y a su prole adelante haciéndonos mejores, más educados, más modernos, más libres. Estás justo ahora pensando en tu madre. En la vida que llevó o que le dieron, y en la que lleva o la que le dan; siempre atenta, dispuesta, confidente, consejera. Quizás piensas en tu abuelo que sentado en el patio de su casa sigue dando lecciones de sabiduría a quien tenga el detalle de prestar atención. Son toda una generación, la mejor que ha habido en mi opinión. La que derrotó a Franco y democratizó, a pesar de muchos, a España. Fíjate si son la mejor generación que hoy por hoy, con todo lo vivido, con todo lo que han trabajado por sacarnos adelante siguen peleando. Me parece increíble.

La semana pasada tropecé con un grupo de pensionistas que se están organizando para fletar un autobús desde Hinojosa a Córdoba porque quieren participar en una manifestación en defensa de la pensiones públicas este sábado. ¡Qué dignidad! Carteles y panfleto en mano informando a los suyos, a su generación, la que nos sacó adelante, la que no se rinde. Son la mejor generación. Y lo son porque en realidad su pelea, su rabia por la ridícula subida del 0,25%, su paso adelante para echarse a la calle ante lo injusto, su heroicidad, su valentía y su lucha, no es por ellos. Es por ti.