José María Sánchez es el director artístico del Folkpozoblanco, quizás la persona que más conozca una propuesta que rehúye del mero espectáculo y apuesta desde sus entrañas por la cultura y la formación. Cuenta que mantener el festival no ha sido difícil porque no se ha tenido que pelear por su supervivencia, aunque sí por su crecimiento. En el día en que comienza la XXIX edición, charlamos con José María Sánchez sobre la historia del Folkpozoblanco, el rumbo que quiere tomar y un aniversario, el de su treinta cumpleaños, que quieren celebrar ahondando en el componente de formación a través de una programación anual.

Pregunta: ¿De dónde nace la Muestra de Folk?

Respuesta: La Muestra nace quizás de nuestra experiencia, de ver el crecimiento que tenía la música tradicional en España en los años 70. Empezaba a desarrollarse en el país y en Andalucía y vimos que en Pozoblanco la gente no sabía lo que era el folk, la música tradicional. A nosotros nos decían que éramos gente que cantaba canciones de viejos y después de 30 años no son ya las canciones de los viejos. Vimos una necesidad de mostrar a la gente lo que era la música tradicional, enseñar que lo que nosotros hacemos se hacía en muchos sitios y con el tiempo la gente ha aprendido mucho.

P: ¿Cómo de importante es para ustedes esa parte de aprendizaje?

R: Esa ha sido una de las cuestiones que nos hemos planteado este año. El Folkpozoblanco empezó como una enseñanza, mostrar la cultura y la música de las distintas zonas de nuestro país. Con el tiempo nos dimos cuenta que el festival va adquiriendo fama, porque es cierto que sin pretenderlo la va adquiriendo, y nos vamos dando cuenta que el festival se está quedando en un mero espectáculo, algo que tampoco le quita valor. Pero estamos dejando a un lado la investigación y la promoción, dos objetivos por los que creamos el grupo. Uno de los objetivos es que hay que cuidar el espectáculo pero también retomar lo que Aliara fue al principio y lo que el festival fue al inicio, de forma que hay determinadas personas de Aliara que pensamos que el grupo debe de volver a empezar otra vez y retomar la idea inicial. Quizás a nosotros no nos satisface tanto ir por los escenarios cantando porque no ganamos dinero, a veces nos cuesta un disgusto con nuestra familia y Aliara no es grupo profesional. Queremos recuperar eso porque da envidia ver cómo la gente joven en Galicia, Castilla La Mancha o el País Vasco está tan dedicada y siente tanto su música tradicional y a nosotros nos da igual. Nos gustaría volver a incidir en la identidad. Hay un proyecto que se va a plantear y que parte de la identidad, empezar a buscar la identidad de Los Pedroches, aunque no tengamos mucha tradición pero la tradición musical rodea otras culturas, desde la del olivar hasta la religiosa pasando por la artesanal. Aliara quiere dedicarle más tiempo ahora a eso, más que al ámbito profesional porque está donde está porque tiene un folklore muy particular.

P: En esa implicación cultural, ¿sería bueno que los colegios adquiriesen cierta responsabilidad?

R: Me consta que en algunos colegios se hacen actividades con la música tradicional, nuestro disco infantil ha sido un disco que ha tenido mucha repercusión, para mi gusto es el mejor disco que hemos hecho. Entra muy bien y eso lo utilizan los profesores. Se hace una labor importante en los colegios, pero creo que debería de programarse, estandarizarse y ya no sólo en el colegio sino en el conservatorio que tiene una carencia absoluta de la enseñanza de la música tradicional. Hay muchos músicos que recogerían el relevo de la música tradicional si le dieran la oportunidad de conocerla.

P: ¿Fue difícil poner en marcha la Muestra de Folk?

R: Fue difícil al principio pero en aquel equipo de gobierno estaba, Juan, Rafi Redondo y Serafín Pedraza y convencieron a Antonio Fernández de que podía ser una actividad interesante porque a nosotros no nos hicieron mucho caso. El primer festival salió gracias a esas tres personas. Serafín Pedraza venía de Castilla y tenía una conciencia diferente, si Serafín ha estado veinte años en Cultura, veinte años que ha estado el festival. Es cierto que no es que haya ido creciendo cada daño porque quizás desde su equipo de gobierno tampoco lo veían como una cosa prioritaria, pero sí lo ha mantenido. Nosotros  hemos tenido que trabajar con presupuestos muy cortos, pero se ha mantenido. Luego vinieron otros concejales que fueron nefastos e incluso lo suspendieron, ya en los últimos tiempos Juan Bautista le dio un impulso importante y ahora Rosario Rossi mantiene la idea. Hemos tenido que pedir, no luchar, pero se ha mantenido que es importante porque hay pocas actividades que se mantengan en el tiempo.

P: También han tenido el respaldo del público

R: En esa parte sí estamos contentos porque se consiguen objetivos. El conocimiento que tienen los asiduos del Folkpozoblanco no lo tiene cualquiera, saben distinguir el folklore de Castilla La Mancha del de Aragón. Es una labor que se ha hecho de aprendizaje porque el público es totalmente fiel.

P: Y en esta edición se animan a darle cabida a artistas locales.

R: Hace un par de años planteamos abrir el escenario para músicos locales o provinciales que quisieran mostrar sus propuestas, más o menos relacionadas con el folk. Queríamos que este tipo de artistas tengan una oportunidad para mostrar sus historias. Mary Joe es una chica que está estudiando, en proceso de aprendizaje y que llega con una propuesta interesante.

P: ¿Cómo es la elección de los grupos que conforman el cartel de la Muestra?

R: La selección la hago yo porque me visito los festivales. Voy al Folk Segovia que es el festival puntero, donde se ofrecen todas las novedades. Luego también te trasladas a otros festivales, vas a otros conciertos que se ofrecen a lo largo del año y se lo propongo a mis compañeros. Qué ocurre, que tenemos claro que tiene que ser un festival de cara al público de Pozoblanco y de la comarca de Los Pedroches. Podríamos decantarnos por un cartel de cara a la galería, donde los medios especializados dijeran que es el mejor, pero el festival tiene que tener en cuenta al público. Hay cosas excepcionales que igual no se entienden aquí, nos da pena no ofrecer ciertas cosas, sobre todo de gente joven que están apostando por propuestas en base a la música tradicional pero aplicando nuevas formas, pero no va a encajar.

P: ¿Y qué aporta el Folkpozoblanco a Aliara?

R: Quizás la ilusión por seguir trabajando. Este año viene un grupo que nos recuerda a nosotros mismos en el año 78. Al grupo, con 39 años, se le acaban los objetivos, se le acaba la ilusión de subirse a un escenario porque nosotros perseguimos la cultura. Ese es un objetivo que nunca podemos perder de vista. Pero el organizar el festival es una ilusión para seguir hacia delante en la lucha de la reivindicación de la cultura tradicional. Luego tienes la satisfacción de que a la gente le gusta, aunque algunos estén deseando que Aliara deje el festival para que el Folkpozoblanco muera.

P: ¿Hay que hacer encaje de bolillos con el presupuesto del que disponéis?

R: Sí, por supuesto. Es un festival muy austero y no se gasta un duro que no sea necesario. Yo no cobro por la dirección del festival, ni Aliara por sus conciertos. Nosotros no manejamos dinero, manejamos presupuesto y está todo más que justificado.

P: Se suele hablar de la repercusión que tienen los eventos, pero dígame ¿cómo está situado la Muestra más allá de Pozoblanco?

R: El Folkpozoblanco está muy bien situado. Tienes festivales números uno, pero el Folk estaría en el segundo nivel. En el primero estaría el Folk Segovia, el Etnosur y el Bidasoa Folk, tres festivales y luego en el segundo plano estaría el Folkpozoblanco con festivales que se celebran en Granada o en Castilla.

P: Estos años han apostado por el formato de calle

R: Lo pusimos en práctica hace años porque parece que la gente lo pide más y es algo que se ha extrapolado, hemos sido pioneros en muchas cosas. Eso sí, el llevar la música y la cultura a la taberna tiene sus peligros, sus deficiencias. Si nos acostumbramos a estar sentados, tomándonos algo y charlando y que venga el músico corremos el riesgo de despreciar y vaciar de contenido la música.

P: La calle se ha complementado con la actuaciones en El Silo, que este año ha desaparecido de la programación.

R: El Silo lo propusimos para espectáculos que no tienen cabida en otro sitio por su calidad, por la danza, por su repercusión. Es una cuestión que nosotros no queremos dejar. El problema es la asistencia porque en un lugar con 800 butacas donde te van 300 personas parece que es poco y hay algún tipo de reticencia a la hora de organizar cosas en El Silo, pero todo a la calle no se puede sacar. Este año el Slow coincidió con la presentación el Folkpozoblanco y decidimos respetar la fecha, pero el año que viene quizás haya más de un espectáculo.

P: ¿Van a tirar la casa por la ventana en el 30 aniversario?

R: Eso habrá que preguntárselo a la concejala, pero queremos hacer una programación anual muy enfocada a la cultura, al aprendizaje.

P: Hábleme del cartel del Folkpozoblanco que arranca esta noche.

R: Quizás le falta un super número 1, uno de los grandes, pero es cierto que queremos potenciar el año que viene el festival y hemos tenido que recortar en esta edición. Eso es algo que no desmerece el cartel que llega con un abanico de propuestas que van desde lo infantil, que rompe con la línea que traíamos estos años. Hemos apostado por una mezcla entre la música y el circo porque al fin y al cabo se trata de ofrecer al público familiar cosa diferentes, cambiar un poco el tercio.

Luego la gente de Guadalajara, que nos recuerda a nosotros, tienen una frescura y una naturalidad que te hace pensar que todavía hay gente que quiere dedicarse a cantar canciones de viejos, como nos decían a nosotros. Se plantaron en el Folk Segovia el año pasado y el público valoró mucho la frescura de un grupo bien hecho.

Luego Toñi García nos va a dar el taller de la jota, que no se trata de que la gente la salga bailando pero sí de crear conciencia y ver que la jota es algo más que levantar los brazos.

También tenemos la Banda de la María, que es una banda muy conocida en Sevilla y con la que intentamos, de forma subliminal aunque sea, decir a las charangas que hay por aquí que la música no es pegar bocinazos con los instrumentos. Que vean lo que está haciendo la gente para aprender.

P: Para terminar, ¿me puede adelantar algo de lo que veremos el año que viene en la conmemoración del 30 aniversario del Folkpozoblanco?

R: Empezaremos a primeros de años y haremos primavera, Semana Santa, verano, otoño y Navidad. Va a haber unas jornadas a nivel nacional sobre la música tradicional, sobre la identidad relacionada con la música. Queremos organizar un encuentro de músicos tradicionales y que haya diferentes propuestas, en pequeño formato, en gran formato. Va a estar enfocado a que el Folkpozoblanco es algo más que un espectáculo.