Llegó al Club Deportivo Pozoblanco con el objetivo de imprimir carácter al equipo, ese carácter que le definía como jugador, y a tenor de los resultados el reto está más que conseguido. Juan Carlos Quero ha conseguido que el Pozoblanco vuelva a Tercera División tras un lustro caminado entre la Primera Andaluza y la División de Honor. El técnico ha podido con la desconfianza inicial ante una persona que afrontaba su primer reto en el banquillo de un equipo en categoría senior y lo ha hecho cambiando el destino de un Pozoblanco al que seguirá presumiblemente ligado. El ascenso ha certificado una continuidad que la junta directiva quería cerrar a falta de varias jornadas para el final de liga pero que el técnico decidió parar para hacer un balance justo. Ahora, la idea de ambas partes es la de seguir vinculados porque «hemos tenido una buena comunión, esa es la idea». 

Volviendo al ascenso conseguido con la eliminación del Ceuta del play off de ascenso a Segunda B el pasado domingo, Quero narra que «seguí el partido por Internet, la verdad es que con bastantes nervios y fastidiado por llegar a esta situación, es complicado». Y es que el técnico sigue defendiendo que sin las resoluciones de Competición de por medio el equipo habría celebrado el ascenso sobre el terreno de juego y sin dependen de terceros. «Yo creo que podíamos haber ascendido sin la incertidumbre que hemos tenido, la resolución llega un jueves y jugamos ante el Rota el domingo, los jugadores salieron muy nerviosos, repercutió porque no llegamos en las mejores condiciones», apunta en declaraciones a hoyaldia.com

Con todas esas situaciones superadas, toca hablar de un presente que tiene sonidos de celebración y también de responsabilidades. Ya lo dijo Quero al finalizar la liga, el conjunto consiguió cambiar la mentalidad y convertirse en un equipo ganador. Pero, ¿qué parte de responsabilidad tiene el entrenador en ese cambio? El técnico las reparte aludiendo a que «yo creo que puedo tener la misma que los jugadores», aunque mira a sus pupilos y les alaba el haberse sacudido de ciertos «fantasmas» que le venían persiguiendo en las últimas temporadas. 

«Ha sido un año muy intenso, se ha hablado mucho de que al final no se competía, de que se llegaba al final de la temporada sin fuerza, con segundas vueltas en las que todo el trabajo se caía, lo pusieron todo un poco negro», apunta antes de sacar pecho porque esa situación se ha revertido. Y de nuevo aparece una segunda vuelta donde los blanquillos han cuajado grandes partidos y sumado puntos «para ser campeones». Quero señala la segunda parte del partido ante el Rota como uno de esos momentos «donde nos dimos cuenta del carácter que podía y tenía el equipo, el necesario para afrontar esta categoría y cualquier otra». 

De los nubarrones y negros que menciona el técnico de los blanquillos no tardó en sacudirse porque cuestionado sobre si se imagina este final lo tiene claro, sí. Dice que siempre se imagina lo mejor, por su personalidad o por su manera de entender el fútbol, y probablemente eso le haya permitido abstraerse de los malos augurios. «Es que a mí el equipo ya me gustaba en pretemporada, es que recuerdo que dije que mi equipo era el favorito. No tenía dudas. Yo siempre pienso así, entiendo que mi equipo es el mejor y las sensaciones que hemos tenido han sido muy buenas», afirma un Quero que también deja algún que otro aprendizaje de esta temporada para cerrar. Porque cuando algunas derrotas llegaron con críticas él tenía claro que «hay derrotas que esconden victorias y a nosotros nos ha pasado eso».