La pequeña de las Hermandades pozoalbenses se ha convertido en pocos años en una Cofradía con solera, respaldada por sus cofrades. Poco a poco ha ido incrementando el número de sus filas y poco tienen que envidiar al resto de agrupaciones de Pozoblanco.

Tras una Celebración de la Palabra cargada de simbolismo y respeto hacia el Señor de la Caridad, la Primera Estación del rezo del Vía Crucis era leída en el seno de la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría. Y una vez finalizada tomaban camino a la puerta del trasera de la Parroquia donde el pueblo lo esperaba en riguroso silencio, todo bajo la sobriedad que caracteriza a esta Cofradía.
Entre la cuarta y la quinta Estación la calle Libertad, la estrechez del recorrido y uno de los lugares más recomendados para verla, donde con los extremos de casi roza las paredes de la calle como si intentase unirlos y repartir así su bendita santidad a las ciudadanos de Pozoblanco.

Otro momento importante es la llegada a su Casa de Hermandad. Allí donde la Corporación de la Caridad realiza su trabajo diario, donde hacen y crean hermandad con grandes y pequeños, donde cumplen a rajatabla sus estatutos y donan y ayudan a quienes más lo necesitan. Porque de esta manera, el titular de la Caridad bendice a sus hermanos y les da fuerza para continuar un año más realizando su magnífica labor.

Sobriedad protagonizada de principio a fin que únicamente se ve dinamizada por la escolanía que llevan en sus filas. Abriendo el cortejo la cruz de guía, seguida por los tambores roncos que anuncian la llegada del rezo de lo que representa la Semana Santa. Y cerrando filas el palio simbólico tras el que se sitúan los fieles que acompañan a su Cristo crucificado que está a punto de morir.
Sobre las dos de la madrugada, a poca luz y con una calle envuelta en un ambiente de verdadera intimidad y recogimiento, el Cristo de la Caridad entraba el cual estuvo acompañado en todo el camino por las dos hijas de ese hombre que un día lo talló, que un día regaló a Pozoblanco su trabajo para ser venerado por el gentío.