El lunes, la rotura de una ventosa de una tubería provocaba una estampa que bien hacia presagiar lo que iba a ocurrir apenas unas horas después, Pozoblanco hace aguas. Se mire por donde se mire y la vergüenza es un sentimiento que se va apoderando de los ánimos de ciudadanos que miran con recelo como las disputas entre dos grupos políticos pueden mermar la imagen que proyecta una ciudad. Una ya no sabe si es mejor dejar pasar la mala hora o intentar analizar unos movimientos que tienen muchas más aristas que las que los protagonistas nos han dibujado en las ruedas de prensa que han ofrecido para explicar sus razones y su por qué de la situación. Todo se podría resumir en una frase que dijo Francisca Fernández en la rueda de prensa que ofreció el CDeI, «ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos».

PSOE y CDeI cayeron en errores que a simple vista pueden ser banales pero que para un análisis crítico resultan determinantes. Decía Juan Bautista Carpio que los ciudadanos le habían dado su confianza para gobernar y asumir su responsabilidad. Craso error, la ciudadanía pozoalbense eligió al PSOE como tercera fuerza más votada en 2011, así que les puso en un lugar muy diferente al que están ahora: el de una oposición que nunca quisieron aceptar y de donde arranca su cadena de errores. Benito García hablaba de decisión inmoral y sin precedentes. Él mejor que nadie tiene que saber que el decretazo de Pablo Carrillo tiene un precedente claro, el que él firmó el 8 de abril de 2009 retirando las delegaciones a Francisco López y Serafín Pedraza. En cuanto a decisiones legítimas a nivel administrativo e inmorales a nivel político, todos recordamos las formas de la moción de censura que evitó que el tándem PP-PA gobernara más de diez días.

Pero el error de bulto que cometieron ambos grupos políticos es el de seguir esgrimiendo un argumento que ya queda rancio, escuchado en sus bocas casi un insulto a la inteligencia de la ciudadanía. No se puede concebir que dos grupos que llevan dejando patente ante la sociedad que su pacto de gobierno estaba roto, que los proyectos estaban paralizados por este motivo, que han transmitido un clima de crispación pocas veces antes conocido, vengan a decirnos que no se fueron antes por responsabilidad, por no huir. Hasta donde yo sé, prometieron y afirmaron que su pacto obedecía a permitir que Pozoblanco tuviera estabilidad, si ese fue su compromiso cuando se rompió ambos tendrían que haber dicho hasta aquí hemos llegado. Eso es lo que yo entiendo por responsabilidad, cumplir lo que prometes, aceptar los fracasos y los errores que no te condenan a ti mismo sino a todo un pueblo. Lo demás, demagogia. Pero pedir en este país que alguien dimita es como querer tapar el sol con un solo dedo, imposible.

No voy a volver a contar la misma historia, la que hemos escuchado decenas de veces haciendo mención al detonante para que todo explotara. Y ese no es otro que la marcha de Josefa Márquez y aquí creo que el único grupo responsable es el CDeI por no ser capaz de mantener su cohesión como grupo. No se nos olvide porque es un dato importante e igual nos vale para echar la vista atrás y volver a reiterar que «ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos».

Luego está el análisis a nivel político y el PSOE no ha podido ser más torpe. Todos los portavoces de la oposición coinciden en afirmar que Benito García ha tensado la cuerda hasta límites insospechados y prueba de ello fue la enmienda a unos presupuestos presentados por un equipo de gobierno del que forma parte para luego acabar aprobándolos. Inverosímil. Y esa es la gota que colma el vaso para el PSOE, un pleno y una acción donde el que salió perdiendo fue a las claras Benito García, que casi por primera vez se encontró la firmeza cargada de argumentos de Juan Bautista Carpio. Después de eso, el PSOE se saca un decreto que firma el alcalde pero al que arropan, según dicen los protagonistas, todos los concejales socialistas para echar al CDeI en bloque a cuatro meses de las elecciones. Poco les importó que el CDeI promoviera un sondeo para abrir una calle que el PSOE había peatonalizado, agravio bastante más importante a mi entender.

El PSOE ha caído en la trampa de Benito García y le ha vuelto a dar alas para moverse en un terreno donde es el mejor, ya lo veremos durante la campaña electoral. Y lo ha hecho porque Pablo Carrillo no será el candidato para las elecciones de mayo de 2015 porque de lo contrario, estoy segura, la decisión hubiera sido otra aunque el protagonista lo niegue -por eso no estoy de acuerdo con que esta decisión estuviera orquestada-. Como otra tendría que haber sido la decisión en 2011. Ahí arrancan los problemas el PSOE, que no supo hacer oposición y se alió con un «enemigo» al que conocía y que como dijo Juan Bautista Carpio ahora muchos de sus militantes le dirán «os lo dije». Pero ojo, también Benito García y el CDeI conocían a un PSOE del que echaron pestes con anterioridad así que ambos son culpables de querer ocupar un puesto en el equipo de gobierno a toda costa aunque fuera con un pacto destinado al fracaso. Ahora, Pozoblanco está gobernado por cuatro concejales de los diecisiete que conforman la Corporación. Y nos quedamos tan felices.

No puedo acabar sin hacer mención a la acusación más dura de cuantas se hicieron en la rueda de prensa ofrecida por el CDeI donde se dijo textualmente que se «habían enviado a trabajadores a las mazmorras». Gravísima me parece la acusación pero irónica viniendo de quien viene. Vamos a tener una poca de memoria, una poca.

Y por supuesto, en esta historia habrá quien se esté frotando las manos porque sin hacer casi nada se pueden encontrar el todo.