A dos meses para que finalice el mandato uno de los proyectos estrella del mismo, el ciclo integral del agua, es decir, la unión de los servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración, vio luz verde en el Ayuntamiento de Pozoblanco con la aprobación definitiva del estudio de viabilidad, la estructuras de costes y los pliegos que regirán los contratos que se adjudicarán por un periodo de veinticinco años. 

El debate siguió por el mismo camino andado en anteriores ocasiones, es decir, con el equipo de gobierno defendiendo en solitario el proyecto y con una oposición que pidió más tiempo para ver los pliegos con mayor detenimiento y subsanar los errores que fueron detallando. Un debate farragoso en el que ninguna de las partes hizo el intento de tender puentes para aumentar el consenso por lo que el voto de calidad del alcalde fue decisivo tras la pérdida de mayoría absoluta del equipo de gobierno con la renuncia de Rosario Rossi, que ayer dejó ya de ser concejala del Ayuntamiento de la localidad. 

No hubo, por tanto, nada nuevo en un debate que se saldó con la aprobación de un proyecto que ahora tendrá que se adjudicado a una empresa privada que será la que gestione el ciclo integral del agua en Pozoblanco durante las dos próximas décadas. Atrás quedaron las dudas sobre la falta de algunos de los informes solicitados, el debate entre la gestión pública o privada y todas las sombras que ha tenido un proyecto que finalmente fue aprobado a pesar de un último intento de retrasar esa aprobación después de que IU presentase un informe a última hora apuntando a que el tiempo de adjudicación era excesivo. Un informe que no fue tenido en cuenta y que no varió el sentido del voto de ninguna de las bancadas.