Francisco Moreno presentó ayer el último de sus libros, «La victoria sangrienta», en el Mirador del Teatro «El Silo» acompañado del concejal de cultura del Ayuntamiento de Pozoblanco, Juan Bautista Carpio, y el director general de Memoria Histórica, Luis Naranjo. Los asistentes pudieron además descubrir y ver fotos inéditas de la guerra en Los Pedroches, pertenecientes al álbum privado del interbrigadista italiano Aldo Morandi, y también instantáneas de los bombardeos franquistas sobre Pozoblanco, fotografías que fueron explicadas por Francisco Moreno y que despertaron la curiosidad de los presentes.

El autor de la obra fue desgranando los entresijos de la obra que presentó, comenzando por situar el arduo trabajo de documentación que le ha permitido escribir un libro que «es continuación» de «Trincheras de la República» y que «se plantea como un estudio de la posguerra que pretende abordar una visión general de toda España aunque se coloca a Córdoba como centro de observación». Moreno destacó la represión franquista a través del sistema penitenciario y puso sobre la mesa algunas de las cifras de ciudadanos de Los Pedroches fallecidos en las cárceles y campos de concentración.

Moreno también mencionó los niños robados durante los años de la dictadura, así como analizó lo que implicó la Ley de Fugas. El autor quiso finalizar su intervención destacando que «todo lo que ocurrió fue mucho más de lo que escribimos» y apostó por seguir luchando para «poder hablar de esta época con libertad porque de lo contrario la reconciliación nunca será verdadera».

Una línea que también defendieron Juan Bautista Carpio y Luis Naranjo que apostaron por dejar de justificar que las administraciones tengan que explicar su apoyo a libros o iniciativas que busquen «esclarecer las cosas y dejar de permitir la idea de que no hubo ni víctimas ni verdugos». Naranjo enfatizó en esta idea al recordar las concesiones que se hicieron durante la Transición y «los cadáveres que aún están en las cunetas así como la cantidad de signos fascistas que se permiten que estén en nuestras calles».