Las tradiciones siguen haciéndose hueco en verano en muchos municipios que ven crecer su actividad al amparo de sus fiestas. Es el caso de Dos Torres, que desde el pasado lunes celebra la Feria y Fiestas en honor de San Roque, unas fechas que congregan a miles de vecinos que aprovechan cada año estos días para volver a la que a pesar de la distancia es su municipio. En el día de ayer locales y foráneos cumplieron con el encuentro con el patrón, con San Roque, que vivió su día grande rodeado de la devoción de los ciudadanos pero también del color que dejaron las alfombras de sal que adornaron las calles que separan la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de la ermita que lleva el nombre del patrón de Dos Torres.

Y es que las creaciones plasmadas en las diferentes alfombras se convierten año tras año en un reclamo, por lo que el bullicio llegó a la Plaza de la Villa y a la calle de San Roque en los minutos previos al inicio de la procesión. Con cámara de fotos en mano, o el móvil haciendo esa función como marcan los tiempos, tocó ver cada una de las creaciones iniciadas durante la mañana por los más jóvenes de la localidad, que aprovecharon la sal repartida desde el Ayuntamiento, que repartió miles de kilos, para dejar volar la imaginación para llenar las calles de color.

Este año, las banderas no fueron las protagonistas en la Plaza de la Villa, sino una de las alfombras con más mensaje, un globo terráqueo con un mensaje “Que tus sueños sean más grandes que tus miedos”. No fue el único ya que los responsables de las elaboraciones aprovecharon la oportunidad para compaginar la imaginación con el compromiso social o la apuesta por determinados valores y en esta edición también hubo espacio para apoyar la adopción de animales; la reivindicación de valores como la amistad; la apuesta por mensajes pacíficos; o las alfombras destacando los aspectos más intrínsecos de las fiestas de San Roque, como es la parte taurina.

Pasadas las ocho de la tarde fue el momento en el que las alfombras adquirieron más protagonismo, aunque los detalles se fueran perdiendo por el peso de los pasos. El traslado de San Roque hasta su ermita volvió a congregar a numerosos ciudadanos que fueron recorriendo el trazado marcado por las elaboraciones de sal. Después, continuó la fiesta en Dos Torres, una localidad que sigue combinando la tradición con el ocio, porque las alfombras se entremezclaron con la suelta de vaquillas, como cada mañana durante la feria en honor a San Roque, y también con la música que se hace hueco durante las noches.