El día 30 de mayo se conmemoraba el Día Internacional de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad que afecta al cerebro y a la médula espinal -sistema nervioso central-. Hoy nos acercamos a esta enfermedad a través de Mari Luna Llergo, que lleva diez años conviviendo con la enfermedad después de un diagnóstico que se hizo esperar. 

«Tardaron muchos años en diagnosticarlo, se me iba la pierna, tenía vértigo y una profusión en el cuello que es a lo que lo achacaban todo. Así hasta que Carlos, el otorrorino del Hospital, me mandó a hacer la resonancia y ya pusimos un nombre a lo que me ocurría», cuenta Mari Luna. El diagnóstico, aunque duro, fue casi más fácil de asumir porque «como llevaba dos años que no levantaba cabeza», al menos ya había un nombre. 

Mari Luna cuenta narra que «la llamamos la enfermedad de las mil caras porque a cada persona se nos aparece de muchas formas, a veces no tienes sensibilidad, tienes hormigueo, te puede afectar a diferentes aspectos». «Es una enfermedad neurológica crónica que afecta al sistema nervioso central . El sistema inmunitario, que normalmente protege al cuerpo, pero en nuestro caso ataca a la mielina de las neuronas por error. No se sabe el origen y no tiene cura, los tratamientos sólo sirven para frenar la enfermedad«, nos puntualiza. 

Y de eso hablamos con ella de los tratamientos, desde los menos invasivos a los que producen otro tipo de reacciones. Desde que le diagnosticaron la enfermedad, hace diez años, Mari Luna ha probado ya cuatro tratamientos, cada uno con sus efectos secundarios. «Al principio me costó, me paralizó porque me tenía que ayudar para todo, pero con mucho esfuerzo y mucha rehabilitación he conseguido manejarme», puntualiza Mari Luna Llergo. 

En este punto también habla del esfuerzo y el trabajo que realiza desde hace años la Asociación Sueño Compartido que pone en marcha talleres de gimnasia, talleres de neuropsicología y piscina. «Las asociaciones son muy importantes porque cuando te dan el diagnóstico el mundo se te viene abajo, la asociación sirve de apoyo, nos entendemos entre todos», explica. A eso une, el otro eje, el principal, la familia porque «es la que aguanta tus días buenos y tus días malos». 

En lo que también ha trabajado la asociación «es en intermediar con el Área Sanitaria Norte y el Hospital Reina Sofía para que nuestros afectados dispongan del mejor servicio posible, luchamos mucho, a través de la comisión de participación ciudadana para que se abriese la consulta de neurología aquí, para detectar lo más precoz posible las enfermedades neurológicas, aunque luego el seguimiento nos lo hagan en el centro de especialidades de Castilla del Pino y también gracias al Área Sanitaria Norte y el Hospital Reina Sofía hemos conseguido que tratamientos que se ponían en Córdoba se lo pongan a compañeros aquí, no teniéndose así que desplazar». 

Aunque nos cuenta que tiene uno de esos días malos, Mari Luna también deja claro que mira a la enfermedad y la afronta con «optimismo» porque es como todo el mundo, «tengo días buenos y días malos».