Hay viajes de ida, otros en los que el billete también marca la vuelta. María José Llergo siempre tendrá con Pozoblanco el de la segunda categoría porque al hogar siempre se vuelve, ya sea física o espiritualmente. La cantante pozoalbense presentó su tour Ultrabelleza ante los suyos, en un Teatro El Silo que se quedó pequeño y que pudo comprobar la evolución de una artista que demostró desde el principio que cuando pisa un escenario lo hace con fuerza, con arraigo y con personalidad.
El guiño a la tierra comenzó con el vestuario con el que se presentó, un mantón a modo de falda que la envolvió mientras ella se empezó a desnudar artísticamente y vocalmente para su público. Arrancó con el tema que da título a un disco con el que la pozoalbense quiere cantarle al mundo. Después llegaron las primeras palabras: «Te quiero mucho, Pozoblanco», palabras acompañadas de saltos de alegría que dejaron vislumbrar a la niña que un día, en ese mismo escenario, a buen seguro que soñó con el momento que Llergo vivió anoche. Hay sueños que se cumplen.
La artista sacó luego su Superpoder, una canción que se transforma en toda una declaración de intenciones, de la niña que fue y de la mujer que es hoy; de sus principios y de su raíces. Una canción que entonó después de traspasar esos superpoderes a la gente de su tierra porque «nuestra gente tiene una dignidad que no la pisa nada». Y por ese querer dar a cada uno su sitio no tardó nada la artista en presentar a su banda, con la que se acompasa en cada uno de los temas y con los que conquista poco a poco al público.
Fue una noche de música, pero también de recuerdos y emociones porque María José Llergo hizo un viaje por su Ultrabelleza, pero ese billete de vuelta al hogar marcó también otros ritmos y la mirada se volvió en más de una ocasión al crecimiento artístico de la cantante por las calles, bares y espacios de su tierra natal. Una madurez que habla, por qué no, de versatilidad como la que demostró en Visión y reflejo, donde mezcla el potencial de su voz con otros sonidos y ritmos.
Los referentes
No hay comentarios