Dicen que después de la tormenta viene la calma, una frase que podría hacer suya Pastora Soler en la gira que le está sirviendo para reencontrarse con su público, ese que se mantuvo fiel durante el compás de espera. Pero una gira da mucho más de sí y la artista también ha podido encontrarse con otros públicos, con otros lugares, con espacios más recogidos y ahí tuvo su cabida el Teatro «El Silo» de Pozoblanco donde Pastora Soler ofreció un concierto en el que demostró su versatilidad, su compromiso y su impresionante voz.

Un concierto que como dijo la propia artista estaba concebido como un carrusel de emociones con tiempo para sentir, para llorar o para bailar. «Desnudando el alma» y «Vuelves a la vida» fueron la carta de presentación de una Pastora Soler que buscó espacio para algunos de sus éxitos más comerciales con un popurrí donde aparecieron temas como «Dámelo ya«, «Corazón Congelado«, «Bendita locura«, «Guerra fría» o «Flor Romero«.

Y ese repertorio le permitió moverse por momentos donde las 800 personas que colgaron el cartel de no hay billetes parecieron desaparecer hipnotizados por una voz que no paró de cosechar aplausos. Silencio para escuchar temas que solo requirieron del acompañamiento al piano, silencio cuando Pastora Soler volvió a sus raíces para abordar el género con el que empezó en el mundo de la música, la copla. Ahí estuvieron «Y sin embargo te quiero» y «Me embrujaste«. Y tras el silencio, el reconocimiento de un público que ya estaba entregado.

Por entonces, Pastora Soler ya había puesto un buen puñado de canciones sobre el escenario reservando para los bises otro giro, apareció el flamenco y Soler se vistió de cantaora. Guitarra y cajón para hacer sonar «Qué no daría yo», con recuerdo incluido para Rocío Jurado, y con la artista demostrando que perfectamente podría haber hecho suyo este género. Faltaba cantarle a su «Estrella» y afrontar la recta final de un concierto que dejó un excelente sabor de boca, que consiguió llenar de nuevo «El Silo» y que dejó patente que Pastora Soler ha vuelto para quedarse. Argumentos le sobran.