La cofradía de la Virgen de Luna presentó en la noche del viernes el cartel que anunciará las fiestas y romería 2019, obra de Sabino Moreno. En un acto sencillo, el autor del cartel dio las claves de una composición cargada de homenajes y en la que apostó por la unión, la de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba en su devoción hacia la Virgen de Luna. Por ello, la obra fue descubierta por la alcaldesa de la localidad jarota, Dolores Sánchez, y el concejal de Festejos del Consistorio pozoalbense, Eduardo Lucena, en un guiño a esa unión.

Sabino Moreno fue desgranando, ante una capilla de Jesús Nazareno repleta, los detalles con los ha confeccionado un cartel que encauzó como un auténtico homenaje, de principio a fin. Homenajes a la propia vida, a la madre del autor, fallecida en 2018 y cuyo rostro aparece en el cartel, a quienes ya no están pero siguen brillando, al cielo de Los Pedroches y a la tradición misma que engloba la fiesta de la Virgen de Luna.

Bajo un cielo azul intenso, un cielo despejado fiel reflejo de la alegría del que anuncia algo se encuentra una luna llena ocupada por la Virgen de Luna y su hijo. A partir de ahí comienza una simbología que no deja nada al azar, ni el vestido que luce la Virgen -celeste, para volver a los componentes alegres-, ni los broches que luce con un especial significado para el autor. «Lleva un broche que pertenecía a mi abuela y con el que se han casado todas las mujeres de mi familia y un segundo broche que tiene su historia porque fue el primero que le compré a mi madre», explicó Moreno que siguió ahondando en el componente personal y familiar, base de esa devoción a la Virgen de Luna, con «las siete estrellas que aparecen en el pecho de la Virgen y que representa a los siete nietos de mis padres».

La flor de la jara, el camino lleno de piedras como la vida misma y los dos campos que aparecen sin distinciones y que vuelven a abogar por el componente de unión, «porque lo mismo es la Virgen para Pozoblanco que para Villanueva de Córdoba» son otros de los detalles. La obra se completa con los hermanos afrontando el camino hacia el santuario de La Jara, hermanos con nombres propios para el autor pero que podría ser cualquier persona que afronta ese camino «y la propia vida con nuestras penas y nuestras alegrías, pero siempre amaneciendo, porque en la vida siempre sale el sol».

Así cierra un cartel donde la Virgen de Luna mira de frente y es que ningún detalle queda al azar, nada es baladí. Sabino Moreno también supo mirar de frente al público y a ellos entregó una obra que ya es de Pozoblanco.