«Querido bisabuelo, hoy somos tus bisnietos los que recogemos el testigo y damos un paso hacia delante para demostrarte nuestro cariño y respeto. A ti y a todos esos compatriotas que lucharon para que hoy nosotros disfrutemos de la libertad y la democracia. Después de varias décadas seguimos estando unidos a vosotros, llevamos vuestros nombres, apellidos, genes, compartimos vuestras ideas y sois esos eslabones de nuestra cadena de la vida que habían desaparecido. Hoy volvéis como hijos predilectos a vuestra tierra, la que os vio crecer y a la que siempre añorasteis. Vuestras cenizas parecieron desvanecerse, pero vuestro espíritu volvió en forma de ‘stolpersteine’ y como hijos predilectos. Eusebio Crespo Díaz, Rufo López Romero, Juan Romero Arroyo, Casimiro Romero Estrella, Antonio Arroyo Rísquez y Juan Romero Romero vuestros nombres quedarán forjados en los ‘stolpersteine’ y en el libro de honor de Torrecampo como personas de bien, que lucharon y dieron su vida por la libertad«. 

Las palabras que acaban de leer las pronunció Veredas Santifimia, bisnieta de Eusebio Crespo Díaz, uno de los nombres que durante todo el fin de semana resonó con fuerza en Torrecampo, junto al de sus compañeros. Seis hombres que fueron deportados a campos de concentración nazis por su lucha contra el fascismo y el nazismo y que ayer recibieron, a título póstumo, el nombramiento de Hijos Predilectos de Torrecampo. Las palabras de Veredas fueron seguidas con emoción por el resto de familiares que acudieron a este acto, la gran mayoría llegando desde Francia, país donde se afincaron los supervivientes. En el homenaje quedaron casi extinguidas las barreras de los idiomas porque la emotividad fue el hilo conductor de un día en el que Torrecampo se reconcilió con la memoria. 

La Casa de la Cultura fue el lugar elegido para un acto que abrió la alcaldesa de la localidad, Francisca Alamillo, que quiso enfatizar el objetivo no solo de ese acto, sino del conjunto de las jornadas de memoria histórica que se han desarrollado en el municipio. Superar el olvido, ese es el reto que las autoridades torrecampeñas buscan, además de «resarcir a las familias». El acto prosiguió con las palabras del periodista Carlos Hernández, gran conocedor del horror que vivieron los españoles en campos de concentración como el de Mauthausen por su labor de investigación y porque consiguió hablar con algunos de los supervivientes. «Este es un acto de justicia, necesario y profundamente democrático que reconoce a víctimas que sufrieron el peor de los infiernos, pero también a héroes porque lucharon en España contra el fascismo y en Europa contra el nazismo», indicó. 

Posteriormente, llegó el momento cumbre de la jornada con protagonismo absoluto para los familiares que pudieron desplazarse hasta Torrecampo y que recibieron de manos de las autoridades el título de Hijo Póstumo de sus familiares. Lágrimas, emoción contenida y gestos de continuo agradecimiento fueron la respuesta ante los interminables aplausos que se escucharon con los nombres de los seis torrecampeños homenajeados. Después, siguieron los discursos de las autoridades que acudieron al acto como el delegado provincial de Memoria Democrática, Ramón Hernández, la vicepresidenta primera de la Diputación, Dolores Amo, y el alcalde de la localidad francesa de Aÿ-Champagne, Dominique Lévêque. El alcalde francés acudió como representante de la localidad donde vivió Juan Romero Romero, último superviviente español de Mauthausen. 

«Los olvidados»

El acto, que vino a refrendar un acuerdo plenario, puso el punto y final a un fin de semana que arrancó el sábado con la continuidad de las Jornadas de Memoria Histórica. «Los olvidados» y el debate sobre el reconocimiento tardío o inexistente de las autoridades de España a los españoles que lucharon contra el nazismo estuvieron muy presentes. Carlos Hernández fue el encargado de retomar las Jornadas con una conferencia sobre los españoles en los campos de concentración nazis. Una conferencia donde el periodista hizo una perfecta radiografía del horror vivido en aquellos campos, pero también de cómo el destino de miles de españoles acabó allí. Del mismo modo, Hernández habló de los verdugos y ofreció al público la oportunidad de escuchar a algunos de esos supervivientes a través de los testimonios que ha recogido a lo largo de sus años de trabajo. El periodista puso en valor la lucha de cada uno de ellos, al igual que dejó claro que «estos actos son normales, lo anormal es no reconocerlos. Es algo que solo ocurre en España». 

Tras la conferencia de Carlos Hernández llegó otro momento importante del fin de semana con la apertura de la exposición «Los olvidados». La Posada del Moro, que abrió sus puertas por primera vez tras el inicio de las obras de acondicionamiento, acoge una exposición que recorre el Torrecampo político y social de la época a través de textos, enseres, actas… «Superar ese olvido, reconocer como nuestros a quienes fueron, y hoy son considerados heroicos luchadores por la libertad, la igualdad y la fraternidad, es el objetivo fundamental de esta muestra», se puede leer en uno de los paneles informativos que funcionan como hilos conductores de la exposición. También en ella Eusebio Crespo Díaz, Rufo López Romero, Juan Romero Arroyo, Casimiro Romero Estrella, Antonio Arroyo Rísquez y Juan Romero Romero ocupan un lugar importante con sus fotografías y parte de su historia. Una historia que Torrecampo ha rescatado del olvido.