En la Cofradía de la Caridad ya conocen que la Hermandad del Medinaceli ha decidido no realizar estación de penitencia, que la lluvia ha frustrado sus intenciones. Pero el clima que se respira en Santa Catalina es diferente. La mayor facilidad con la que esta Cofradía puede resguardar a su Cristo provoca que se piense que se va a tirar hacia delante.

Y no hay error. La Caridad desafía a la lluvia y sobre las once menos veinte, a cinco minutos de su salida, se decide que habrá Vía Crucis en las calles de Pozoblanco. Se trata de la procesión más diferente de cuantas hay en la localidad. Los sones de tambores, de clarinetes y la luz de los faroles volverán a protagonizar momentos mágicos durante las catorce estaciones.

Pero el desafío se queda a medias. No se deja de mirar al cielo y razones no faltan. Chispea ya al paso del Cristo por el colegio concepcionista, gotas de agua que se hacen algo más intensas en los siguientes metros. Dudas. Habrá tiempo todavía para más. La Cofradía realiza su paso por la Carrera Oficial y se sitúa en la calle Andrés Peralbo para encarar la octava y novena estación. Para la primera habrá tiempo, para la segunda no.

La Junta de Gobierno decide suspender el Vía Crucis a las puertas de la Casa de Hermandad, donde van entrando todos los hermanos en busca de refugio. Para el Cristo está reservado otro lugar, un local en la calle San Juan Bosco donde reposa mientras pasa la lluvia. Numerosos curiosos, hermanos y devotos viven este extraño momento.

El Cristo de la Caridad no se encuentra en su entorno, pero sí con su gente. La oración se prolonga hasta la una menos diez de la noche y hasta allí se acercan miembros de la Agrupación y responsables de otras Cofradías. Hay que dar apoyo. Se retoma la marcha. El Vía Crucis ya ha acabado, pero son muchos los hermanos y fieles que quieren finalizar la estación de penitencia, demostrar su fidelidad a su Cristo.

Envuelto en plástico y con una comitiva diferente, el Cristo de la Caridad llega a Santa Catalina. Salió a la calle, aunque el son de los tambores no pudo llegar hasta el final.