El Grupo X de Tercera División también entra a partir de este fin de semana en las diez últimas jornadas de liga. Y la realidad del único representante del fútbol provincial, el Club Deportivo Pozoblanco, es salvar como sea la categoría. Un reto nada sencillo en apariencia por las limitaciones de los vallesanos, aunque factores externos pueden ayudarle.

Esta temporada sólo habrá dos descenso en el grupo, puesto que así lo determinó la retirada del Ayamonte. Y tres equipos parecen condenados a jugarse esas dos plazas malditas: La Palma, con 26 puntos; Xerez, con 24, y CD Pozoblanco también con 24. Los tres han de sumar tres más de su partido con el Ayamonte y curiosamente de manera consecutiva: los xerecistas en la jornada 31, los onubenses en la 32 y los vallesanos en la 33. Así que se puede decir que están en realidad con La Palma con 29 y Xerez y Pozoblanco con 27 y con 9 encuentros por jugar.

Los vallesanos, que están basando sus opciones de permanencia en sus partidos en casa, donde han sumado 23 de sus 24 puntos oficiales hasta la jornada 28, serán locales en cinco encuentros y visitantes en cuatro, lo mismo que el Xerez, mientras que La Palma tiene seis choques en casa y tres fuera. Y además, todos tienen que jugar aún entre sí. El Pozoblanco visitará al Xerez en la jornada 34 y recibirá a La Palma en la 35, mientras que onubenses y xerecistas juegan en la 33, en la que el equipo vallesano descansa.

Los calendarios, muy similares

El Pozoblanco empieza su desesperada huida del abismo en casa ante el Gerena, que le hizo un siete en la ida pero que está en tierra de nadie en cuanto a los objetivos importantes: a diez de la cuarta plaza y con 16 sobre el descenso. Justo está tres puntos por delante del Coria, siguiente rival a domicilio. Luego llegarán otros dos partidos similares: visita del Cabecense y viaje a Ceuta. Uno es quinto con 46 puntos y el otro cuarto con 50, por lo que luchan por el play-off. Tras el descanso y los partidos del Xerez y La Palma, el equipo repite en casa contra la Lebrijana, ahora mismo undécima con 38 puntos, viaja a San Roque, décimo con 38 puntos y acaba en casa con el Arcos, decimosexto con 32. No es un mal calendario, vive Dios.

El tema es que el calendario de los otros dos equipos es muy similar. El Xerez está ahora recibiendo al Cabecense, por lo que tiene luego como tendrá el Pozoblanco visita al Ceuta y, tras el descanso del Ayamonte, choque en casa con la Lebrijana, antes de los duelos claves contra La Palma y los vallesanos. Luego vuelve al calendario de los de Mario Rojas, con visita al San Roque y partido en casa contra el Arcos, antes de acabar visitando al Conil (hoy 13º con 37 puntos) y recibiendo al Cádiz B (ahora octavo con 42 puntos y mal rival para ser el último por la rivalidad existente).

Mientras, el caso de La Palma repite rivales en muchos casos pero al revés: recibe en casa al Coria, va a Las Cabezas, tiene tres partidos en casa seguidos ante Ceuta, Xerez y Lebrijana, va a Pozoblanco, es local ante el San Roque, viaja a Arcos y acaba con el Conil. Es decir, que todos van a jugársela prácticamente contra los mismos rivales.

El improbable pero posible descenso del Sevilla C

Además de todo ello, hay que estar pendiente a otra posibilidad improbable pero posible clasificatoriamente hablando. El Sevilla Atlético pelea por la permanencia en el Grupo IV de Segunda B y un posible descenso al Grupo Décimo haría descender de inmediato al Sevilla C, que se ha separado del descenso en las últimas jornadas y es decimoquinto con 33 puntos. En ese caso sólo descendería un equipo entre La Palma, Xerez y Pozoblanco. Aunque es de suponer que el Sevilla hará lo posible y lo imposible porque su primer filial no descienda.

Con todo, hay que señalar que ahora mismo están para bajar desde Segunda B al Grupo X Écija, Sanluqueño y Córdoba B, por lo que podría haber descensos por arrastre en el caso de no hubiera ascensos a la inversa y se superara el número máximo de 22 equipos en el grupo. Aunque tanto San Roque de Lepe como Alcalá, Betis B y Ceuta serán buenos candidatos para culminar en éxito la temporada.

Problemas

A todo estas circunstancias, el Pozoblanco debe unir el «mal» ambiente que se ha vivido en los últimos días en el seno del equipo y que llegó a su éxtasis con la discusión sobre el terreno de juego -en el partido ante el Mairena- que protagonizaron Alberto Fernández y Álex Gil. Esa situación obligó a Mario Rojas a mantener una charla con sus pupilos y suspendió el entrenamiento del martes, ya que no estaban todos los jugadores. El miércoles hubo cónclave y parece que hubo compromiso por parte de todos de que las aguas volvieran a su cauce.