Medio año en el descenso. Ese es el tiempo que el Club Deportivo Pozoblanco lleva inmerso en los puestos que indican la pérdida de categoría. Seis largos meses que no han sido nada fáciles para un equipo que lleva luchando contra las circunstancias desde el inicio de la competición y que ahora ve algo de luz tras verse, de momento, fuera de la zona de peligro.

Una situación que no ha sido fruto del azar y que, por supuesto, no ha sido algo sencillo. El domingo pasado, el cuadro blanquillo tenía la oportunidad de salir del pozo y no perdió la ocasión tras imponerse por 3-1 al Gerena, un equipo que en el partido de ida le endosó un duro 7-1. Se volvió a demostrar que los de Mario Rojas son un equipo lejos del Municipal y otro muy distinto en su feudo. 

Después de 29 jornadas entre los tres últimos clasificados y conseguir salir de esa zona, es lógico que el técnico del equipo se encontrara más que satisfecho. «Estos son otras mieles», indicó nada más preguntarle cómo se sentía fuera del descenso, aunque en su línea no quiere euforias y avisó de que «hay que seguir trabajando, tenemos que ir con fe». Una fe que le debe vale al equipo para empezar a ganar fuera también algo que su entrenador cree que el equipo «se merece». 

La consigna es clara, «no podemos volver a caer abajo otra vez, ahora es cuando más tenemos que trabajar para no caer, tenemos que enfrentarnos con rivales directos y hay que tener fe y esperanza», reiteró el técnico. Y es que tras una dura semana, y no precisamente en lo deportivo, la recompensa no pudo ser mejor, de ahí que Rojas mostrara orgullo por un equipo que «ha estado francamente bien», en referencia al partido que realizaron los suyos contra el Gerena. Rojas valoró la «entrega, la lucha» que realizaron el pasado domingo los suyos después «de toda la historia de la semana, creo que nos ha valido para bien». 

Ahora toca saber cuánto le durará la alegría al Club Deportivo Pozoblanco, que de momento tan solo piensa en el enfrentamiento que le medirá el próximo domingo al Coria.