Lamentable. Así se podría calificar la imagen que de muchas de las calles de Pozoblanco tras los desfiles procesionales de estos días. Si el domingo ya se podía observar cómo la suciedad era la tónica general, sobre todo en algunas zonas, lo de ayer incrementó la sensación de que estamos ante una actitud incívica generalizada.
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Para sustentar esta afirmación tan sólo hace falta haberse dado una vuelta por parte de la calle Mayor o subir el Risquillo, que ayer parecía un contenedor abierto más que uno de los lugares más emblemáticos de la localidad. A pesar de que casi todas las papeleras de la calle Mayor se encontraban vacías, el suelo de las calles fue utilizado como contenedor dejando una situación más que lamentable con botellas y bolsas en el suelo.

Mucho se ha hablado de la suciedad de Pozoblanco, de los contenedores soterrados y de la organización del servicio, pero lo cierto es que la ciudadanía aporta su grano de arena para que el municipio siga luciendo un aspecto lamentable.