Querida Luci:

Ignoro si, al par que el manejo de tabletas e inteligencias artificiales, aprendéis el significado de palabras con las que, antes o después, os veréis las caras en la calle o si seguís aferrados a los dictados de toda la vida… como el que se pliega a los huevos fritos con chorizo: un valor seguro, para no errar. Sea como fuere, tu pregunta cándida, mirándome a los ojos, me descolocó: “¿Qué significa antisistema?”

Te podía haber respondido a la gallega: ¿Dónde has escuchado tú eso? y si hubiera podido elegir me hubiese plantado en que antisistema es palabra derivada por prefijación: con una base léxica sistema y el prefijo anti(oposición o sentido contrario). Si hubiera podido elegir… pero tus preguntas generan terremotos en mi mala cabeza y tú te mereces algo más.

Enseguida, para que lo entendieras mejor, se me han ofrecido ejemplos (admitidos sin reservas por la colectividad) de tipos descaradamente antisistema. Iba a sugerirte: Basta con asomarse a los extremos: De un lado, unos chicos y chicas, impecable el ademán, enarbolando consignas fieles a la propaganda de quién venera el ordeno y mando más que el voto libre de los ciudadanos. Del otro, otros chicos y otras chicas, desaliño postureista, enarbolando otras consignas de otros visionarios (santos laicos de chándal o casaca), demasiadas veces, con listas de atropellos en su haber, que da miedo mirar. “Por sus frutos los conoceréis”, dijo Jesús, que sabía de esto mucho más que yo… 

Iba a sugerirte que echases un vistazo a los extremos pero, en el último momento, decidí contar hasta diez (a mis años aún me pierde la impulsividad) y pensármelo mejor. Se me ocurrió que, cuando un representante público (no importa color o escalafón) se echa al bolsillo un euro que no es suyo… es un antisistema. Cuando un líder todopoderoso ordena masacrar (o hace la vista gorda) a una población inocente… es un antisistema. Cuando alguien, amparado en el poder que otorgan las urnas, gobierna en su propio beneficio… es un maldito antisistema. Cuando uno se pide la baja sin estar malito… es un antisistema. Cuando un conductor que ha golpeado a otro coche se da el bote sin identificarse… es un antisistema. Cuando alguien aparca su vehículo bloqueando una rampa de minusválidos… es un antisistema. Cuando el agua sale turbia de los grifos y no se informa a la población de sus causas y consecuencias… el responsable es (además) un antisistema. Cuando uno (tú o yo) se pliega a pagar sin IVA, aunque lo amparen poderosísimas razones… es un antisistema. Cuando alguno mira para los lados y “se olvida” en el suelo la mierda de su perro… es un cerdo antisistema. Cuando un mayor de sesenta y cinco…

Querida Luci, hube de pararme en seco. Cada vez los ejemplos me pillaban más cerca: me había ido alejando de las obviedades de los extremos y apuntaba peligrosamente hacia mí mismo. Aunque, bien mirado ¿a qué espera un tipo mayor de sesenta y cinco para convertirse en un antisistema?

Mientras más pienso en ello, más difícil me resulta armar una respuesta y, más todavía, poner ejemplos certeros a una pregunta que (ingenuo) me pareció de las fáciles. Me travalenguo: si el sistema resulta ser antisistema y ser antisistema es el sistema… no sé contestar a tu pregunta y, digo más, si el sistema de convivencia que nos hemos dado se halla controlado y a merced de los antisistema: ¿De qué… sistema estamos hablando?

Sistemáticamente tuyo.