El Pozoblanco sigue midiéndose a equipos de la parte alta de la tabla ya que el domingo visita al segundo equipo del Cádiz, ahora denominado como Mirandilla, en un complicado examen. Lucharán por una victoria fuera de casa, que no se produce desde la jornada quinta ante el Tomares. Los pupilos de Alberto Fernández han salido de la zona de play-off de ascenso por primera vez en toda la temporada, cuando, incluso, pisaron la primera plaza. El filial cadista, por su parte, es el único equipo que todavía no ha caído derrotado en las diez jornadas que transcurren de competición. Querrán prologar las tres victorias consecutivas que llevan ante los pozoalbenses.

Precisamente de esa exigencia habló el preparador del cuadro vallesano en su previa del encuentro. «Afrontamos un partido difícil, ante un rival que no conoce la derrota y con futbolistas jóvenes y con muchísima hambre», indicó. «Es un equipo con mucha calidad, que demuestra cada semana el porqué de estar en la zona de arriba», apuntó.

Fernández espera «un partido complicado», aunque expresó su deseo de traerse «algo positivo de allí». Ahora mismo el conjunto pozoalbense presenta una racha de una única victoria en las cinco últimas jornadas. Mientras, el filial amarillo, segundo con 22 puntos y el único mínimamente cerca del Bollullos, llega lanzado, tras tres triunfos seguidos y la gran advertencia de su último duelo en El Rosal. Un 7-1 al Castilleja.

Siguen los cambios en la plantilla

Lo que sigue variando en el seno del Pozoblanco es la plantilla con continuas altas y bajas. De momento, Grego deja la disciplina del club con destino al Atlético Porcuna y llega un nuevo mediocentro, Marcos Soler, que llega procedente del Palma del Río de División de Honor. Todo apunta a que no será la última incorporación de los vallesanos, pero también se prevén más salidas.