La rebelión del pueblo marca el camino a ‘Asonada’, la obra de teatro popular que estos días se representa en Pedroche escenificando la quema del castillo por parte de un pueblo hastiado de los abusos de los nobles. Es la particular ‘Fuenteovejuna’ de Los Pedroches. El interés de la tercera edición radica en el cambio de escenario, que gana amplitud pero pierde, quizás, autenticidad; así como en las nuevas escenas incorporadas como la que representa la audiencia ante el rey Fernando el Católico. 

Esos son los ingredientes llevados a un patio del convento que en la noche del miércoles asistió a un ensayo general, convertido en un pase más, para encajar las últimas probaturas antes del gran estreno que tuvo lugar ayer jueves y donde llegó otra de las novedades de la edición: la aparición de los actuales alcaldes de las siete villas originales. Una novedad reservada únicamente para el estreno de la obra. 

Pero como en toda obra teatral, el peso recae en la parte actoral y ahí ‘Asonada’ se consolida apostando por confiar en los actores que vienen interpretando a los personajes principales. No hay sorpresas, pero acaba sorprendiendo el crecimiento constante y la aparición de personajes que rompen la escena con su presencia como es el caso del sacerdote. Los protagonistas y antagonistas, los reyes, los nobles y el pueblo consiguen una lograda armonía que marca el lavamiento popular en busca de libertad y dignidad. 

Y a todo ello se suma la parte musical y de baile que permite lucir el vestuario -parte también destacada de la obra- y donde resuena ‘Dice la nostra novia’ como la pieza más emocionante o los acordes instrumentales de ‘Vetusta Morla’, que demuestran licencias para encajar ese levantamiento en una época tan distante en el tiempo. Luego queda lo más profundo, un mensaje que habla de unidad, de colectividad, de abusos a los más débiles, de libertad y de una dignidad entendida como eso, como algo colectivo. Quizás en eso no haya tanta distancia temporal, la libertad frente al vasallaje.