El juzgado Contencioso Administrativo número 11 de Sevilla ha dictado un auto, homologando un acuerdo judicial, por el que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) indemnizará por daños y perjuicios a unos padres por la muerte de su bebé. Según la asociación El Defensor del Paciente el fallecimiento tuvo lugar «como consecuencia de una demora, de casi cinco horas, en su extracción» en el Hospital Comarcal Valle de los Pedroches de Pozoblanco». 

Los hechos, según relata en un comunicado El Defensor del Paciente, se remontan al 10 de agosto de 2023, cuando A.J.C. acudió a Urgencias del Hospital Comarcal Valle de los Pedroches de Pozoblanco en Córdoba al ponerse de parto. Era un parto a término al rebasarse la semana 40 de gestación. «El feto, que en este caso era una niña, estaba perfecta cuando llega al hospital; algo que se reflejó en el registro de monitorización», asegura la nota de prensa.

Pasadas las 19:00 horas de aquel día, «empezó a haber indicios, a través de las gráficas de monitorización, de que la niña estaba sufriendo, que no estaba adecuadamente oxigenada, empeorando a las 20.00 horas, lo que obligaba a comprobar dicho estado a través de una gasometría intrautero, una prueba rápida de hacer y muy fiable», siempre según el relato de El Defensor del Paciente. La gasometría intrautero «forma parte de los protocolos obstétricos de calidad asistencial» en el parto, pero «ni hicieron esta prueba, ni tampoco procedieron a extraer al feto urgentemente», sostiene el comunicado.

Así, hubo que llegar a la madrugada del 11 de agosto para que, con ayuda de un fórceps, se extrajese a la pequeña, «pese a que, desde hacía casi cinco horas, las gráficas de monitorización estaban mostrando, sin que nadie lo percibiera, que la niña estaba en peligro, algo del todo incomprensible», sostiene la asociación.

La pequeña, tras nacer, fue enviada al hospital Reina Sofía de Córdoba, «donde evolucionó desfavorablemente con datos clínicos y analíticos de hipoxia perinatal (asfixia) falleciendo, a las 12:44 horas del día 12 de agosto de 2023, por un fallo multiorgánico tras la muerte cerebral. En la autopsia se demostró la existencia de signos hipoxia (falta de oxígeno)», asegura el comunicado.

Carmen Flores, presidenta de la asociación El Defensor del Paciente, ha señalado que la pequeña murió esperando nacer. Pese a que los monitores gritaban que la sacaran nadie lo supo ver, algo incomprensible. En los tiempos que corren, donde tenían un chivato como son los monitores de la situación en la que estaba la pequeña, es inexplicable que esto haya ocurrido». Flores añade que «se hace necesario que, a nivel interno, el SAS depure responsabilidades y al menos trate de aclarar qué ocurrió”.

El caso ha sido defendido por la abogada María Jesús Villalpando Sedeño, perteneciente a los Servicios Jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente, a la que en su día acudieron los padres en busca de ayuda.