La lengua azul está haciendo estragos en la comarca de Los Pedroches en el sector del ovino. Más allá de los animales muertos, que ya se acumulan muchos, los ganaderos valoran las pérdidas en forma de tiempo, trabajo y a futuro. “No se trata únicamente de las ovejas que se mueren, es que a las que quedan no vamos a sacarle rentabilidad durante meses”, explican varios ganaderos a este periódico. Uno de ellos, que prefiere no dar su nombre, tiene un rebaño de 600 ovejas de las que han muerto 87, mientras que ha certificado sesenta abortos.

Son cifras, pero insisten en que hay cuestiones más importantes como esa rentabilidad a medio-largo plazo, además de la ruptura del mercado. Ángel Rubio es uno de los ganaderos afectados en la comarca de Los Pedroches y relata que sufre el brote desde hace unos quince días. “No sabes lo que te vas a encontrar cada día que vienes a la explotación, no puedes dejar a los animales desamparados, hay que tener humanidad, las cuidas y eso implica un trabajo extra en un año que tenía que ser muy bueno a nivel de pastos, pero ahora tenemos que invertir en suplementos porque no pueden estar tiradas en el campo”, puntualiza.

Desde el sector se apunta a una mala planificación por parte de la Administración porque “ya el año pasado la vacuna del serotipo 3 llegó a la carrera, no entendemos que no se haya previsto una campaña de vacunación sabiendo que ya el año pasado fuimos tarde, no hemos aprendido nada”. Y es que los ganaderos defienden que la prevención debería haber sido la clave para evitar la situación por la que están atravesando y añaden que “es preferible desembolsar dinero en vacunas que ahora nos puedan indemnizar por los animales muertos porque perdemos ritmo en la explotación, estamos perdiendo mucho”.

A futuro, Ángel tiene claro que los focos de lengua azul van a afectar al mercado de cara a la Navidad, momento clave para el sector, pero fundamental a la época del Ramadán donde las ventas suben considerablemente. “El mercado se ha roto, nadie quiere llevar ahora animales al cebadero porque para que se mueran allí, optas porque se mueran en el campo”, apostilla. En ese sentido, también lamenta que la enfermedad esté afectando a animales más cuidados, seleccionados y comprados en subastas para dar empaque a la explotación y poder presentarse a ferias algo a lo que ya casi se renuncia.

“Nos podemos fijar en los animales muertos, pero insisto en que es un dato, hay muchas pérdidas detrás, yo incluso he tenido que contratar a una persona para que me ayude para cuidar a los animales porque, como digo, no los vas a dejar morir y ya”, señala este ganadero que lamenta, de igual modo, la “poca fuerza” del sector ya que “ante lo que está pasando, no se mueve nada”.

Mensaje de la Junta de Andalucía

Ante los brotes de lengua azul, la Consejería Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha pedido que se difunda un mensaje donde deja claro que la enfermedad afecta, principalmente a las ovejas aunque también puede hacerlo a las cabras e incluso a las vacas, pero con menso frecuencia. Respecto a las ovejas, los síntomas suelen ser claros: fiebre, edema submandibular y en los párpados, edema e hipertermia en la lengua, ulceraciones en mucosas, lo que puede observarse como «cabeza hinchada, lengua inflamada y de color oscuro, costras en raíz y boca». Además, se incide en que puede provocar abortos e incluso mortalidad -dos hechos constatados por los propios ganaderos-. 

La principal medida preventiva que se recomienda es la vacunación frente a los cuatro serotipos que actualmente están circulando en el territorio: 1, 3, 4 y 8. No obstante, la vacunación debe realizarse en animales en buen estado sanitario. Por último, se indica que la Consejería ha adquirido vacunas frente a los serotipos 1 y 4 que están disposición a través de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG). Las vacunas frente a los serotipos 3 y 8 deben ser adquiridos por los propios ganaderos y en el caso de las ADSG la adquisición contará con ayudas de la Junta de Andalucía.