El Pozoblanco visita una de las canchas con el sello de ser de las más difíciles del grupo X, Tomares. La idea del cuadro blanquillo es estirar al máximo su condición de invicto tras el buen mes de septiembre vivido, ante un rival que, en cambio, no conoce la victoria aún y está en zona de descenso.
Además, el cuadro tomareño es vigente equipo de play-off, tras una gran temporada pasada, algo que asentó sobre todo en su condición de local. «Vamos a uno de los campos más complicados de la categoría, por las características del rival y por las dimensiones. Es un campo chico, aunque esté en buenas condiciones, y donde ellos lo tienen muy bien mamado y controlado», confirmó el técnico, Alberto Fernández.
Con la sensación de que «no va a ser un partido fácil», se añade el hecho del «gran número de bajas» que arrastra el Pozoblanco. Entre ellas destaca la de Alberto Martínez, que se convierte en definitiva porque el jugador ha abandonado la disciplina del equipo por «cuestiones personales». Además, hay que añadir la de David García por su expulsión en Lepe y la de Kilian. Condicionantes ante un rival que, pese a haber perdido en sus salidas con claridad, ante el Dos Hermanas 1971 (3-0) y el Utrera (2-0), en casa no cedió ante Castilleja (0-0) y precisamente el San Roque (1-1).
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El preparador del cuadro pozoalbense espera «traer algo positivo», aunque insistió en que «no será fácil». «Vamos ilusionados y con ganas, pero teniendo muy presente esa dificultad grande que tiene este partido», concluyó
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