Una no se considera experta en nada y menos en temas de números. Tenía un profesor en la Facultad que siempre decía, “hay que ver como sois los que venís de letras puras, os coloco un número en la pizarra y salís corriendo”. Rehúyo de ellos, los utilizo lo justo, ya la vida nos obliga a hacerlos constantemente como para darles más importancia. Diferente es hablar de un presupuesto municipal porque la lectura de esos números es diferente, equivale a una forma de entender la política, una forma de hacer las cosas. Y aquí, para qué vamos a rasgarnos las vestiduras, la entienden, si atendemos a esos guarismos, casi todos igual. Ya nadie se muerde la lengua y el “corta y pega” de un año para otro es más que evidente, salvo en cuestiones puntuales. Díganme si no cómo se pueden contemplar años y años las mismas partidas para mismos fines. La Biblioteca debería estar remodelada y ampliada hace ya no sé cuántos años, el proyecto para el Centro de Ancianos tendría que estar acabado –hablo de proyecto no de consecución de la infraestructura- y así podemos enumerar más de dos, tres y cuatro ejemplos.
Cuando toca afrontar un pleno de presupuestos no dominan los números, aunque pueda parecerlo, dominan las palabras. Y ayer se aunaron tres: miedo, demagogia y responsabilidad o falta de la misma.
Miedo: Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
Miedo el que los corporativos de este Ayuntamiento tienen a llamar las cosas por su nombre. No hay año que no se ponga el grito en el cielo por el gasto en personal, seis millones de euros y no hay año que no se haga nada al respecto. ¿Cuánto tiempo llevamos escuchando la necesidad de realizar una relación de los puestos de trabajo? ¿O cuanto de las plazas vacantes que hay en el Consistorio?
Pero nadie se atreve a llamar las cosas por su nombre, porque evidentemente es impopular y con medidas como la de hacer una relación de puestos de trabajo y determinar cuál es la capacidad que el Ayuntamiento tiene para absorber plantilla y quien o quienes no están en el sitio adecuado no se consiguen réditos políticos.
¿Por qué nadie se sienta a mirar las pagas extras y la diferencia salarial entre personas que están en el mismo grupo? Actualmente, hay cinco grupos municipales en el Ayuntamiento pozoalbense y cuatro de ellos han pasado por el equipo de gobierno. Juzguen ustedes.
Demagogia: Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular
Hubo quien ayer tiró de demagogia. Y no hay peor demagogia que acusar al contrario de algo que no se ha hecho cuando se ocupaba su lugar. Tanto Partido Popular como Partido Andalucista tuvieron la oportunidad de realizar dos presupuestos –ambos en época de crisis- y nadie habló de casi suprimir ciertos servicios que se entienden que son propios de una Administración Pública. En un año han cambiado tanto las cosas que ya no se habla de la rebaja de subvenciones a colectivos, caballo de batalla de todos los grupos durante debates presupuestarios interminables, ya no hace falta llenar el Teatro El Silo, ni opciones para la juventud, aunque luego el discurso se matizó.
Probablemente habría que revisar muchas partidas presupuestarias, pero la administración pública tiene también la obligación de prestar servicios a los ciudadanos, no se entiende de otra forma su razón de ser.
Responsabilidad: Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente
En esta parte, creo que no me enteré bien. Una se cansa, y mucho, de escuchar eso de “yo estoy aquí por el pueblo, por los ciudadanos de Pozoblanco” y luego te enteras que los unos y los otros andan lejos de aplicar esa letanía. No se vayan a pensar que una es tonta para creerse semejante aseveración, pero que a las claras ya se deje entrever que nada más lejos de la realidad…
Falta de responsabilidad es la que ha tenido el equipo de gobierno si no ha llamado a negociar a Partido Popular, Partido Andalucista y a la concejala no adscrita y esa misma falta de responsabilidad es aplicable si no se han hecho los esfuerzos necesarios para conseguir un diálogo. Pero idéntica situación es reprochable a las fuerzas de la oposición. Hasta en dos ocasiones se escuchó ayer en el salón de plenos: “no vamos a hacer propuestas ni a hacerles el presupuesto cuando por su moción de censura estamos donde estamos”.
De la suciedad o falta de limpieza de una jugarreta política no puede depender el devenir de la ciudadanía y si se pueden llegar a acuerdos para que ese pueblo por el que dicen dar la vida salga beneficio es una falta de responsabilidad entrar en un juego político tan vil. Tanto equipo de gobierno como oposición fueron elegidos por la ciudadanía, cada uno para cumplir su función y todos para mirar por el bien colectivo y no por sus propios egos.
Una última licencia. Justicia
Permítanme un último apunte. De justicia es darle a cada uno el espacio que merece. Desconozco de quien es responsabilidad, pero la foto de Baldomero García ya debería estar en el salón de plenos como alcalde que fue de esta localidad. Queda dicho.
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