Con Rafael Trenas a la guitarra y con Pili Acaíñas dejando el cante por la poesía, así empezó el pregón de Feria de Pozoblanco que realizó la Peña Flamenca ‘Agustín Fernández’. Un pregón que exaltó la feria, pero también un «suspiro» de cincuenta años de flamenco desde el bar Trébol hasta el Pozo Viejo. El recorrido natural de la propia Peña, que emuló ese inicio en su escenografía para que el público tuviera las referencias necesarias para vivir una feria «pregonada por los flamencos».
El pregón, como no podía ser de otra forma, se llenó de cante con la voz de Francisco Gómez ‘El calabrés’ y la guitarra de Rafael Trenas. La poesía llegó de la letra de Juan Bautista Escribano y la presentación corrió a cargo de Antonio Arévalo. La música fue la base, pero también la historia de las ferias y de la propia Peña, apartado base del acto narrado por miembros de la directiva como José García Ledesma. Así, el público pudo situares en ese bar Trébol, escuchar algunos de los carteles de los festivales de la época, o las anécdotas firmadas por la llegada del gran Camarón a Pozoblanco.
Después se impuso ‘Alfileres de colores’, de Miguel Poveda, interpretado por Pili Acaíñas y ‘El calabrés’, acompañados por Rafael Trenas a la guitarra, y con el baile cobrando protagonismo de la mano de Raquel Fernández. Los fandangos y las sevillanas fueron otros de los palos que se escucharon en el teatro ‘El Silo’ porque como Silvia García Ledesma recordó, la «capacidad del flamenco para conectar con la personas es increíble». Y esa conexión quedó patente en un pregón colectivo que habló de la feria, pero que miró directamente a quienes han permitido a lo largo de estos años que Pozoblanco cuente con un colectivo de renombre como es la Peña ‘Agustín Fernández’.
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