La crisis de la construcción le obligó a resetearse y dejar a un lado el trabajo de administrativa en una empresa del sector porque «todo se vino abajo». La formación fue el camino elegido por María Angélica López que se acogió a una beca para la mujer rural que le permitía formarse en un sector de esos que históricamente han estado ocupados por hombres, conductora de autobús. Aprobó todo a la primera opción después de un periodo de tiempo viajando todos los días a Córdoba, pero merecía la pena porque «me gustó». 

Después de esa formación se topó con una oposición para lograr la plaza de conductora del autobús municipal de Pozoblanco, su localidad natal. Allí se encontró con la realidad del sector, 39 hombres y una sola mujer, ella. Solo tres pasaron el examen teórico y ella estaba en ese selecto grupo. Cayó en la mecánica porque «en cuanto vi la prueba creo que me suspendí a mí misma», pero no cesó en el intento de seguir en esta profesión con la quería abrirse un nuevo camino. 

Las circunstancias personales le impidieron irse a Escocia, donde le esperaba una oferta de trabajo como conductora de autobús, pero siguió buscando en este camino aunque finalmente una empresa decidió no hacerse con sus servicios después de que ella lo dejara todo para seguir persiguiendo un trabajo que le llenaba. «Me hubiera gustado, dejé un trabajo fijo por esta opción, ver amanecer, atardecer, me gustaba muchísimo», cuenta tomando como referencia los pocos días en los que pudo ejercer como conductora de autobús. 

Reformuló sus opciones vitales pasados los cincuenta años y no tuvo miedo en meterse en un sector en el que «cuando entrabas en clase todos los compañeros te miraban y ponían esa sonrisa de decir «aquí va a venir esta», pero me ha pasado también en otros sectores». ¿Su actitud? Una reacción de «superarme, de empoderarme» porque no en vano lleva con orgullo «ser la primera pozoalbense conductora de autobús, no de la comarca, que es mi compañera Pilar». De momento, se sigue renovando el carnet por lo que pueda pasar y porque le «encanta» ponerse al frente del volante y coger la carretera para seguir abriendo caminos.