El histórico semanario El cronista del Valle, editado por la Imprenta Pedro López de Pozoblanco en dos épocas (1910-1936 y 1957-1964) y digitalizado recientemente, es todo un tesoro para bucear en la historia local de Pozoblanco y Los Pedroches. El Semanario Católico, como quedaba claro en su portada, salía los sábados y, durante la época que vamos a comentar, tenía cuatro páginas. Su precio era de 10 céntimos.

Sus secciones eran variadas y fueron modificándose a lo largo del tiempo. En los años veinte del pasado siglo constaban, normalmente, de artículos de carácter general enfocados desde un punto de vista conservador y católico, esquelas, poesías, relatos breves y otras más sustanciosas desde el punto de vista de un historiador, como los ecos de sociedad, movimientos de población (nacimientos, matrimonios y defunciones), la sección municipal sobre noticias del Ayuntamiento, otras de noticias de Los Pedroches y la denominada crónica local, con noticias de Pozoblanco. La última página estaba dedicada siempre a la publicidad y también es un verdadero tesoro porque, por ella, van desfilando los negocios más importantes que han existido en Pozoblanco en el siglo XX, además de ser un magnífico ejemplo de cómo ha ido evolucionando la publicidad a lo largo de los años.

Nuestra intención no es la de escribir una Historia con mayúsculas de Pozoblanco y la comarca de la época, para ello sería necesario consultar muchas más fuentes y no es ese ahora nuestro propósito, sino el de dar unas pinceladas que nos permitan hacernos una idea de qué hacían, qué sentían y cómo pensaban los pozoalbenses y los habitantes de los pueblos vecinos en 1920. Para ello hemos seleccionado una serie de noticias aparecidas en el semanario a las que daremos forma para hacerlas más amenas. En esta primera entrega, de las tres previstas, llegaremos hasta abril de 1920.

Y comenzamos con el número 513 del 3 enero con un suceso. Hemos de decir que este tipo de noticias ocupaban un lugar destacado en El Cronista del Valle y, aunque la mayoría se referían a robos de caballerías, algo muy común en la época, y otros hurtos menores, otras son dignas de aparecer en las páginas del famoso periódico de sucesos ya desaparecido, El Caso. Pero vayamos al hecho que el periodista titula “Suceso sangriento”. En la noche del 29 de diciembre de 1919, en Alcaracejos, un joven de 20 años, que mantenía relaciones con una joven de 18 “y por no conseguir de ella que se fugase del hogar paterno, le hizo un disparo de revólver (…) y a continuación la emprendió a navajazos causándole diez heridas…” Una vez cometido el brutal hecho, el joven “se arrojó en el pozo de la Fuente Vieja, donde permaneció seis horas pidiendo auxilio asido a una piedra para no ahogarse”. La joven mejoró de sus heridas y el novio maltratador ingresó en la cárcel.

La falta de luz eléctrica o la escasez de la misma, es un problema casi perenne en estos años en Pozoblanco, sobre todo durante los años de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ya que el carbón que se utilizaba para el alumbrado se exportaba a los países beligerantes y, debido a la gran demanda, sufrió un gran aumento de precio. En esta ocasión el periódico se queja de que no hay luz toda la noche y se pregunta cuándo volverá a tener una localidad de la importancia de Pozoblanco un servicio adecuado.

A finales de enero sucede otro hecho dramático, esta vez en la comarca vecina del Guadiato, concretamente en el tren que une Belmez con nuestra capital de provincia. Un tren de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces descarrila en la noche del 22 de enero en el túnel de La Balanzona, entre Cerro Muriano y Córdoba. Según indica el semanario, la causa es el fallo en los frenos de la máquina. En el número del 31 de enero se abunda en la noticia indicando que se recogieron ocho muertos de las vías y que, posteriormente, morirían dos personas más, una de ellas de Villanueva de Córdoba “que moría con el cadáver de su hijo en los brazos”. Varias personas se encontraban también ingresadas graves a causa del terrible accidente.

Dejamos los sucesos y nos adentramos en el mes de febrero, mes de Don Carnal por excelencia. Son estas unas fiestas ferozmente censuradas por el católico semanario, que amenazaba todos los años con poco menos que las diez plagas de Egipto, a aquellos que osaran alterar las buenas costumbres de la devota y catolicísima ciudad de Pozoblanco. La verdad es que el carnaval, a pesar de la censura, se vivía intensamente y en esta ocasión es el Ayuntamiento el que dicta un bando, del que se felicita nuestro Cronista, prohibiendo “terminantemente toda clase de ‘couples’ impresos o cantados que puedan ofender directa o indirectamente a personas o colectividades”. El redactor añade, “nosotros aplaudimos sinceramente tal disposición, pues creemos que ciertas canciones son impropias de pueblos que, como el nuestro, saben dar ejemplo de cultura y sensatez en los momentos de más peligro”.

El mes de febrero de 1920 fue especialmente abundante en desgraciados sucesos que costaron la vida a varias personas de Los Pedroches. Empezamos por Villanueva de Córdoba donde, el día 12, se producía un accidente laboral en el que varios albañiles caían al vacío al venirse abajo el tejado del colegio convento de las Hijas de Cristo Rey que estaban construyendo. Tres trabajadores cayeron desde una altura de 16 metros, falleciendo uno y resultando muy graves los otros dos. Otros tres trabajadores tuvieron más suerte, al caer sobre las bóvedas del edificio, y presentaban heridas menos graves.

El día 19 fue el pueblo de Alcaracejos el que sufría otro grave suceso al hundirse, por efectos del temporal que azotaba la comarca, la casa número 7 de la calle Rey a las nueve y media de la noche, sepultando entre los escombros a tres mujeres y un niño de dos años que acababan de acostarse. El incidente causó la muerte de dos mujeres de 26 y 15 años, resultando milagrosamente con vida la dueña de la casa y su hijo de dos años.

Por último en Pozoblanco, durante la misma semana, se producían dos incidentes más: una reyerta a navajazos en la calle Cerro con dos heridos menos graves y un herido en una pierna en una taberna de la calle Benedicto XV, al disparársele fortuitamente un revólver.

El temporal de lluvias continuó durante todo el mes de febrero, impidiendo el trabajo en el campo de los jornaleros y el crecimiento de las sementeras, por lo que desde el semanario se hacía hincapié en que “pedimos a Dios que cesen las lluvias si así conviene a los planes de su Providencia santísima”.

El mes de marzo da comienzo en Pozoblanco con una nueva queja de El Cronista sobre el alumbrado de la ciudad, solicitando al Ayuntamiento que se restablezca el alumbrado público “no solo en su número primitivo y durante toda la noche, sino en intensidad”. Las quejas por este motivo, como ya hemos indicado, serán constantes. Y es que también existía la mala costumbre por parte de algunas pandillas de mozalbetes, de practicar su puntería con las tiraeras con las bombillas que alumbraban escasamente las calles pozoalbenses.

El mes transcurría en nuestra ciudad entre la solicitud de aumento de sueldo de los practicantes de la Beneficencia Municipal al Ayuntamiento, pidiendo pasar “de las 400 pesetas que hoy disfrutan a 750 pesetas anuales”; la constitución de una empresa de transportes de mercancías entre Pozoblanco y Córdoba y a los pueblos de la comarca, “por medio de camiones-automóviles con enganches para remolcar carruajes”; o la llamada a quintas de los mozos de la localidad.

Finalizando el mes de marzo nos enteramos de la propuesta de los obreros del ramo de la construcción para mejorar sus salarios con la siguiente tarifa de jornales: “Maestros encargados de obra 5,00 ptas; oficiales 5,00 ptas; ayudantes 4,50 ptas; peones 1ª, 4,00 ptas; peones de 2ª, 3,75 ptas”. Además se especifica que “Pernoctando fuera de la población y trabajando nueve horas aumentaran 1,25 ptas a los precios anteriores. Los canteros ganarán 6,00 ptas en la población y pernoctando fuera de ella 1,25 ptas. de aumento”. Recordamos que la jornada de 8 horas se había aprobado recientemente, concretamente el 3 de abril de 1919, el presidente del Gobierno español, el conde de Romanones, firmaba el decreto presionado por la huelga de los trabajadores de “La Canadiense” de Barcelona. También se reconocía a los sindicatos la capacidad de negociación.

Por cierto que los obreros de la construcción pozoalbenses tuvieron que hacer huelga durante dos días, ya que los propietarios no accedieron a su propuesta y, tras una dura negociación, consiguieron un “15% sobre los jornales propuestos”. De igual forma, los practicantes de la Beneficencia Municipal dimiten a primeros de abril al no haberles sido aprobada la subida de sueldo propuesta.

Peor iban las cosas para las “obreras de la aguja” que, según El Cronista en el mismo número 525, “trabajando nueve horas y media de jornada, ganan dos y tres reales diarios”, por lo que solicita a los “señores patrones sastres, el elevar un poquito ese reducido jornal”.

Durante el mes de abril se van adhiriendo a la jornada de ocho horas otros colectivos, según se desprende de las noticias publicadas. Así lo hace el gremio de zapateros que, además, sube en dos reales el sueldo de maestros y oficiales. También la Fábrica de Harinas San Rafael establece la misma jornada.

En los primeros días de abril se constituye un nuevo ayuntamiento siendo nombrado alcalde José Elías Cabrera Caballero. Por cierto que estamos en plena Semana Santa y, como no podía ser de otra manera, El Cronista del Valle se hace eco de la misma, subrayando lo concurridos que han estado los desfiles, la gran presencia de forasteros para ver las procesiones y apuntando una, al menos, ‘curiosa’ apreciación, “El Ayuntamiento dio una nota simpática asistiendo todas las minorías (incluso la socialista) a los Oficios y Procesiones”. Por supuesto, “Las noches del Jueves y Viernes Santo fueron cerrados todos los casinos y tabernas a las diez y media con arreglo a la orden dada por el alcalde, entregándose al recogimiento religioso la inmensa mayoría del vecindario”.

 

NOTA: Todos los datos está sacados del semanario El Cronista del Valle dentro de la hemeroteca de la Biblioteca Virtual de Andalucía.