Ángel García, ese es el nombre propio que destacó sobre el césped de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros en el partido que midió al Pozoblanco con el Sevilla C. Saltó al terreno de juego como capitán, un rol que atesora desde hace años, para cumplir su partido número 300 defendiendo la elástica blanquilla. Debutó con el primer equipo en la temporada 2013/2014 y desde entonces ha sido un fijo adaptándose a diferentes posiciones en la defensa. «Creo que me gusta demasiado», es su respuesta cuando se le pregunta por el secreto de su continuidad y regularidad. 

Lo dijo en declaraciones a Canal 54 donde recordó una trayectoria que empezó con una etapa de formación en la Escuela de Fútbol Base para luego pasar a las categorías inferiores del Pozoblanco. En categoría juvenil jugó en la Peña de Los Leones y debutó en categoría senior en la Regional Preferente cordobesa con el Villaralto, entrenador por aquel entonces por Mario Rojas. Tras un fugaz paso por el Recreativo Belmezano volvió a la que siempre ha sido su casa, el Pozoblanco, precisamente de la mano de Rojas. 

Era la temporada 2013/2014 en la que disputó 33 partidos, 31 de ellos de titular. «Quién me iba a decir cuando empecé que iba a estar once años y que iba a acumular 300 partidos y hacerlo en una temporada con opciones al play off de ascenso», explica. Destaca esa capacidad de trabajo que tiene y de adaptación para cumplir con las necesidades del equipo, al que mira por encima de las individuales. «Hay temporadas mejores y otras peores, pero no miras por ti, miras por el equipo», alega. 

Cuenta que prefiere jugar de central porque «es donde empecé», pero que se adapta al equipo y que una lesión en el pie derecho le llevó a «empezar a darle con la izquierda y me adapté a ese lateral». A lo largo de todas estas temporadas ha vivido momentos de todo, al igual que ha coincidido con entrenadores sin querer destacar a nadie porque «de todos vas cogiendo detalles». Eso sí, cuando le preguntan por un compañero la respuesta es clara: Valentín. «Llevo todos estos años con él, tengo más compañeros, más amigos, pero me quedo con él», argumenta. 

Debutó ante el Cádiz B y ahora sueña con una victoria que le permita al equipo amarrar el play off de ascenso, un cierre inolvidable para la temporada donde uno de los capitanes del Pozoblanco, un jugador de la casa, traspasó la barrera de los 300 partidos defendiendo la elástica blanquilla.