El misionero salesiano Antonio César Fernández, asesinado en Burkina Faso en 2019, ha sido condecorado, a título póstumo, con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

La Orden del Mérito Civil, que depende en la actualidad del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se concede para premiar «las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, así como los servicios extraordinarios de los ciudadanos españoles y extranjeros en el bien de la Nación”. 

Este reconocimiento se suma a los realizados desde que el pasado 15 de febrero de 2019, el misionero pozoalbense fuera asesinado durante un ataque yihadista en la frontera de Burkina Faso. El sacerdote llevaba volcado en su trabajo en África desde 1982, año en el que fue fundador de la obra salesiana en Togo. Cuando fue asesinado tenía 72 años y había cumplido 55 de salesiano y 46 de sacerdote. 

Tras su asesinato, los homenajes llegaron desde muchos lugares donde Antonio César Fernández dejó su impronta, también en su localidad natal con la inauguración de una calle con su nombre. Reconocimientos que se siguen extendiendo y sucediendo ahora con la concesión de al Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.