Constant Lestienne fue el primero en lograr esa última instancia. El de Amiens hizo valer su favoritismo ante el alemán Daniel Masur, se imponía en una hora y 13 minutos a su rival y confirmaba que se le da bien España, pues es la tercera final de un torneo ATP Challenger que juega en nuestro país en menos de un año.

Segundo cabeza de serie del torneo, Lestienne demostró la misma suficiencia que en las tres primeras rondas. Si a sus primeros rivales no les dejó que hicieran más de cinco juegos, Masur al menos logró siete (6-4 y 6-3), pero tampoco estuvo a la altura y en ningún momento representó un gran problema para su rival.

Los dos jugadores empezaron muy fuerte, ganando con comodidad sus servicios y dominando desde el fondo. A partir del quinto juego, con Lestienne ya más metido en lo que le podía ofrecer su rival, el francés subió la intensidad de su juego. Masur logró salvar dos bolas de ‘break’ antes de que, ya en el octavo juego, con 4-3 a favor del galo, llegaría la primera ruptura.

Pero ahí se vería el único lunar del galo en todo el partido. Con saque para ganar, cometió varios errores que le llevaron a perder su primer servicio en todo el torneo. Pese a ello, ni se inmutó, siguió a lo suyo, presionó a su rival y se hizo con el siguiente juego al resto para cerrar la manga.

A esas alturas Masur ya estaba cometiendo muchos errores que facilitaban aún más la superioridad de su rival. No sólo no podía dominar con su saque, sino que tampoco le presionaba a Lestienne. con demasiadas bolas largas que facilitaban su labor. La inercia ganadora del francés se amplió en el arranque de la segunda manga, cuando ganó por tercera vez consecutiva el servicio del alemán al resto.

Este ‘break’ sería, a la postre, definitivo, pues aunque Masur tendría dos oportunidades de equilibrar el set, se encontró con dos buenos servicios de su rival que las neutralizaron. Y aunque por momentos se vio ese tenis que podía hacer daño a Lestienne, el francés no cedió en ningún momento la ventaja, mejoró con su servicio -que apenas estaba entonces por encima del 50% de primeros- y resolvió el encuentro.

Barrere supera a Ugo Humbert tras dos ‘tie breaks’

Gregoire Barrere, por su parte, se desquitó de la decepción del pasado año, cuando se tuvo que retirar por lesión en las semifinales del Open Ciudad de Pozoblanco, y superó a uno de los grandes favoritos del torneo, su compatriota Ugo Humbert por un doble 7-6.

El tenista galo, más consistente que su rival durante la mayor parte del encuentro, no supo aprovechar las muchas oportunidades que Humbert le ofreció para haber resuelto el encuentro de forma más cómoda, pero sí lo hizo en los dos ‘tie break’ y jugará la décima final ATP de su carrera.

Desde el comienzo, el partido tuvo la misma tónica. Humbert alternaba fallos con golpes magistrales, mientras que a su rival se le veía más consistente en su juego, con menos errores no forzados y más seguridad con su saque. Eso se tradujo en un primer set sin alternancia en el marcador, pero en el que Barrere contó con hasta ocho bolas de ‘break’ a favor, neutralizadas Humbert, que lograba sacar lo mejor de sí mismo en los momentos cumbre.

Por dos veces levantó el de Metz un 0-40, especialmente delicado el segundo, con 5-5 en el marcador, y que habría sido definitivo para el devenir del set. Si bien evitó que se le escapara en ese juego, no pudo hacerlo en el ‘tie break’, donde una sola ruptura en el octavo punto bastó para que su rival se llevara la manga por 7-6(4).

El segundo set empezó por los mismos derroteros, opción de ‘break’ de Barrere en el segundo juego -salvada por su rival-, paralelos imposibles del Charenton-Le-Pont y muchas bolas de Humbert que se quedaban en la cinta. El partido, no obstante, pudo tener un punto de inflexión a partir del quinto juego. Ahí, el que erró fue Barrere y el que lo aprovechó fue su rival, para, en su tercera bola de ruptura, lograr el primer ‘break’ del partido.

Sin embargo, no fue capaz de consolidarlo con su saque. Al contrario, volvió a jugar con segundos servicios, a cometer errores no forzados y a perderlo por primera y única vez en todo el encuentro de forma contundente.

El encuentro entró en una recta final en la que Barrere ya no ofrecía tanta confianza como al principio y en el que, ya fuera por el cansancio o por la presión, empezaba a cometer errores. Eso lo igualaba todo y hacía que se llegara a un nuevo ‘tie break’ en el que se veía más cerca la tercera manga que el cierre del partido.

En ese momento decisivo, la tensión se hizo notar y, en medio de una serie de errores alternos, Barrere aprovecho para escaparse por dos veces y cerrar el encuentro por 7-6(4) y 7-6(5).