La compleja situación que se está viviendo en España por el Covid-19 tiene al país pendiente de cifras, de datos y de las decisiones que vayan a marcar nuestro más inmediato futuro. Una situación que también siguen desde la distancia muchos españoles que estos días se encuentran con el problema añadido de no tener a su alcance la fórmula para estar al lado de los suyos. Los días pasan, las ganas se intensifican, pero los intentos de volver a sus lugares de origen siguen siendo los mismos, infructuosos.

Es el caso de Andrea Torrico Muñoz, una joven pozoalbense que llegó a Perú para realizar un voluntariado el pasado 31 de enero. No se podía imaginar entonces que dos meses después estaría intentando salir del país para vivir esta crisis sanitaria junto a los suyos. Hablamos con ella vía WhatsApp y nos cuenta que lleva intentando salir del país latinoamericano desde el pasado 14 de marzo, el mismo día que se decretó el estado de alarma en España. Cuando le llegaron las noticias “fui a mi oficina e intenté buscar opciones, pero la situación se complicó”.

“El gobierno no está organizando vuelos humanitarios y la embajada y el consulado están organizando vuelos comerciales con Iberia, pero ese tipo de vuelos no van a salir del país por las restricciones que tiene el gobierno peruano. Además, tienen en cuenta a las personas que tienen un billete de vuelta para estos días, cuando es obvio que al igual que está pasando en España, la cuarentena se va a prorrogar”, nos relata.

Andrea explica que su red de contactos es local, aunque se mantiene unida virtualmente a través de las redes a españoles que se encuentran en una situación similar. Precisamente por personas que están en una situación más complicada que la suya es por las que eleva la voz y ha comenzado a movilizarse. “Yo estoy en Lima, pero es que hay gente tirada por ahí a la que le está costando mucho trabajo encontrar un lugar para alquilar, algo que le va a pasar a muchos españoles cuando consigan llegar a Lima, porque la gente tiene miedo y no están acogiendo a españoles por miedo al coronavirus”. A este respecto, la joven pozoalbense puntualiza que “escuché que la embajada iba a habilitar algún espacio, pero no sé si lo han hecho”.

Sin soluciones

Pero, ¿qué respuestas están ofreciendo la embajada y el consulado? En este punto algunas de las soluciones planteadas llegan a ser desoladoras, tal y como nos relata Andrea. “No nos han dado soluciones, nos dicen que esperemos, que respetemos las medidas del gobierno de Perú, lo que me parece correcto, pero nos han dicho también que es mucho mejor quedarnos aquí porque la situación en España es mucho peor y que hay españoles que quieren venir aquí. Me parece un disparate, en una situación así lo que quieres es estar con tu familia, o al menos lo más cerca posible, en un país que sabes que cuenta con los recursos para atenderte, sentirte respaldada por tu propio país, no aquí tirados y sin ninguna información”, resalta.

A pesar de la inquietud, Andrea se considera una privilegiada porque “tengo un sitio donde quedarme”, pero “qué pasa con esa gente que no lo tiene o si finalmente nos tenemos que ir en vuelos comerciales los precios son muy altos e igual hay personas que no tienen recursos. Sería conveniente que el gobierno hiciera algo” porque “nos dicen que tenemos que esperar hasta el 30 de marzo para esos vuelos cuando todos sabemos que hasta mediados o finales de abril no se podrá viajar”. “Yo lo que quiero es estar con mi familia, no en un sinvivir pensando que mi padre o mi madre pueden caer enfermos o si lo está mi hermana, que trabaja en un hospital”, lanza en forma de deseo.

Mientras sigue buscando soluciones, llamando a la embajada y al consulado y manteniéndose informada, Andrea sigue los consejos del gobierno peruano, un país que supera los 400 casos de contagio, pero “donde creo que las medidas se han puesto a tiempo”. Eso sí, también llega la incertidumbre de que la situación se desborde en un país donde la falta de medios se agudiza.

Nos despedimos de Andrea con la idea de seguir en contacto y la convicción de vernos en Pozoblanco, esta vez para hablar de su trabajo realizado en el programa de voluntariado de WWF Internacional y que le llevó hasta Perú para trabajar en el campo de la conservación de la biodiversidad marina. Ese fue el proyecto que le llevó hasta un país del que ahora espera poder regresar para pasar junto a los suyos esta crisis sanitaria.