Por María José Vázquez (coordinadora de la Plataforma en defensa mayores y dependientes)

 

La plataforma para la defensa de las personas mayores y dependientes, desde hace unos meses, viene asistiendo al Pleno Municipal, con el fin de reivindicar la construcción de la necesaria y prometida residencia pública para mayores desde el año 2019.

A pesar de haber transcurrido ya cinco años desde que se prometió y, todavía sigue sin construirse, esta plataforma, continuará reivindicándola, porque es necesaria y urgente, teniendo en cuenta que cada día, continúan saliendo personas mayores de nuestro pueblo, debido a que en las residencias de Pozoblanco no tienen plaza. Por eso, a pesar de estos cinco años infructuosos, no cejaremos en nuestra tarea de reivindicar la construcción de la prometida residencia, confiando en que, algún día, alguien capaz de respetar la palabra dada, con verdadero interés por nuestros mayores y con ganas de trabajar, ponga manos a la obra.

Por otro lado,  lamentamos profundamente  que esta verdadera necesidad de los mayores de ahora y los del futuro, no sea suficientemente apoyada por la población.

Toda reivindicación objetiva, justa, recta e insistente, suele dar fruto, aunque a veces, el fruto se haga esperar demasiado. En el caso que nos ocupa, para que llegue el fruto, es preciso valentía y atreverse a defender esta residencia sin desfallecer. Por lo visto, esta debe ser una tarea difícil, reservada solamente a unos cuantos atrevidos e intrépidos que saben anteponer el servicio a los demás, antes que refugiarse en las trincheras por miedo a quedar mal, a molestar a alguien o a “señalarse”. A este respecto, cabe preguntarse, ¿es posible que algo tan noble como es el hecho de  presentarse ante un Pleno Municipal,  solicitando la construcción de la prometida residencia para los mayores de nuestro pueblo, pueda convertirse para quienes van, en  una acción expuesta o arriesgada, hasta el punto de que, quienes apoyan esta iniciativa de manera privada (son muchos), no se atrevan a defenderla publicamente?. ¿Comodidad, desinterés, temor a…, cobardía, miedo a…?.  Sea como fuere, desentenderse  ante una necesidad cada día más imperiosa, no deja de ser tan penoso como lamentable.

Verdaderamente, implicarse de verdad en este tipo de cuestiones, requiere valentía, compromiso y generosidad. Lamentablemente, vivimos en una sociedad bastante carente de estos valores. Y, en los pueblos, ya se sabe, la libertad de espíritu y de acción puede verse comprometida y hasta hipotecada, debido a ciertos reparos, “miedos”, temor a quedar mal o a la necesidad de quedar bien para poder sobrevivir socialmente sin problemas. Prueba de ello, es que hace unos años, la gente gritaba “NUEVA RESIDENCIA YA”, pero ahora, nadie dispone de 20 minutos al mes para seguir reivindicándola en un Pleno Municipal.  ¿Contradicciones de la vida o, más bien las nuestras?

Lamentablemente, la residencia no es la única víctima de esta pasividad.  Tampoco el dramático problema del agua en la comarca, es capaz de  congregar  a más de unos pocos, a pesar de ser un grave problema que afecta a 80.000 habitantes.

En fin, de esta debilidad como sociedad en la que estamos inmersos, se suelen aprovechar con frecuencia quienes nos gobiernan. Nuestra pasividad personal y como sociedad son los responsables de ello y el argumento idóneo para que, los responsables políticos sigan desoyendo las necesidades de la población y prometiendo sin cumplir lo que prometen. De alguna manera, la ciudadanía recibimos y recogemos lo que sembramos. Allá nosotros.

A pesar de todo, tenemos la esperanza de que, siempre habrá alguien de este pueblo que esté dispuesto a “dar la cara” por lo que es necesario y justo. Esta plataforma no se rendirá.