Peludos Los Pedroches publicaba hace dos días un mensaje en sus redes sociales que no dejaba lugar a dudas, la capacidad del refugio que tiene la protectora en Pozoblanco se ha sobrepasado con creces. Los recursos limitados con los que cuenta llevó a la protectora a mandar un mensaje claro, no puede hacerse cargo de más perros. La protectora lanzaba así un mensaje desesperado que evidencia la situación por la que atraviesan la práctica totalidad de protectoras de la comarca de Los Pedroches y que habla de falta de voluntarios, de refugios por encima de su capacidad y, fundamentalmente, de una falta de concienciación ciudadana en la tenencia responsable de animales. 

«Sobrepasamos los 70 perros, los cachorros los mantenemos fuera hasta completar la pauta de vacunación, pero luego tienen que ir al refugio», explica la presidenta de Peludos Los Pedroches, Rosa García. De sus palabras se deriva otro problema al que se enfrentan las protectoras, la búsqueda de casas de acogida para los cachorros o perros que tienen algún problema y que no pueden estar en el refugio. Aquí entra esa tenencia responsable ya que muchos de los perros que recogen son podencos o mastines, por la zona en la que nos encontramos, y porque los propietarios optan en demasiadas ocasiones por tener a sus perros sin esterilizar, con lo que ello conlleva. 

La situación descrita la conocen a la perfección en Peludos Villanueva de Córdoba donde su presidenta, Eva Campos, aboga por una implicación mayor de las administraciones a las que invita a trabajar en «tener un control sobre la población, un censo, que no se permita que no haya animales vacunados o sin chip, lo mismo que ocurre con la ganadería». El refugio de la localidad jarota se encuentra en la misma situación, es decir, al límite de su capacidad porque «hay muy pocas adopciones y cuando llega el verano caen en picado» a lo que hay que unir que «necesitamos casas de acogida». «Estamos en una situación muy complicada», explica Campos que baraja siempre que esa realidad se agrave con «cualquier aviso o rescate». 

El refugio de Villanueva tiene capacidad, en una situación ideal, para 20 perros, pero ese número se supera. La protectora también trabaja en un cambio de ubicación que tendrá que hacer ya que el lugar era eventual, una «mudanza» que conseguirán llevar hacia delante por la generosidad de una voluntaria. «Ese también es otro hándicap, nosotros no tenemos voluntarios suficientes para que no haya que doblar días en la semana, la gente muestra muchas reacciones en redes sociales, pero luego no se quiere implicar», apunta Eva Campos. 

A toda esta casuística se une, como casi siempre, la económica. Las protectoras tienen que hacer frente a importantes gastos del mantenimiento de los perros en el refugio, pero también de facturas de clínicas veterinarias ya que hay que hacerse cargo de operaciones, vacunas, medicación y cualquier otra cuestión que requieran «los peludos». 

Adopciones

Por todo ello, las protectoras lanzan otro mensaje, la importancia de adoptar a estos perros que merecen una segunda oportunidad. Aunque la época estival puede parecer una mala época para ello, también se apunta que «es buen momento porque hay más tiempo libre para adaptarse, para conocerse». Desde las protectores reivindican la necesidad de ayudar a estos perros, algo que escapa de «meros caprichos» por tener un perro de una raza u otra. Pasarse por las redes sociales de cada una de las protectoras de la comarca deja una muestra de su trabajo, de su compromiso real y también de esos peludos que buscan un lugar y un hogar para vivir.