Se articularon en todo el país, frente a las puertas de los ayuntamientos y a las diez de la noche. Ayer viernes se sucedieron en España diversas concentraciones que alzaron, de nuevo, la voz contra las violencias machistas tras una jornada negra con el hallazgo del cuerpo de una de las niñas de Tenerife y el asesinato de una chica de 17 años en la provincia de Sevilla. La Asociación Ventana Abierta movilizó, como en otros puntos del país, esa misma concentración y a las diez de la noche algunas decenas de personas acudieron a una cita donde se expresó el hartazgo ante una situación «insoportable». 

Además, antes de guardar un minuto de silencio se abogó por llamar a las cosas por su nombre y se expuso que el caso de Tenerife sí tiene un nombre, la violencia vicaria. «El padre asesinó a sus hijas, le dijo a la madre que no las volvería a ver, la violencia vicaria se produce cuando el agresor no tiene acceso a la pareja o ex pareja y utiliza a los hijos como instrumento para dañar a la madre, es una violencia sobre la mujer», se escuchó. Por otro lado, también se defendió el eliminar la idea de que son «enfermos mentales o locos» porque «son hombres sanos hijos del patriarcado». 

Ante unos casos que ha conmocionado a todo el país, desde el colectivo feminista se volvió a recalcar que «un maltratador no puede ser nunca un buen padre» y se reflejaron los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres ante una violencia machista que «es una realidad que no deja de suceder».

Llamamiento a la sociedad

Una condena a estos asesinatos unánime que también apeló a la conciencia social ante un problema que «nos implica a todos». Por ello, durante la concentración, que se celebró con ciertas dificultades ya que no se paralizó el tráfico como en ocasiones anteriores, también se puso el foco en la necesidad de que estas muestras de condena y repulsa se extiendan. Luego llegó el momento de guardar un minuto de silencio por quienes han sufrido y siguen sufriendo la violencia de género, aunque el recuerdo se quedó principalmente en Tenerife y Sevilla.