“Hago mi trabajo y ya está, es algo que ha pasado”. Sin querer dar mayor transcendencia y alejándose del protagonismo, el policía local de Pozoblanco que perdió parte de una oreja tras ser agredido mientras intentaba sofocar unos altercados en un bar relata cómo se encuentra. Sergio León dice encontrarse bien físicamente, a pesar de los golpes y las heridas sufridas, e incluso también a nivel anímico, aunque reconoce que no es capaz de calibrar su verdadero estado. “Ahora mismo me encuentro bien, pero no sé qué pasará cuando vuelva a salir a la calle, siempre he pensado que no hay que tenerle miedo a nadie, pero sí respeto”, indica.

Sergio León lleva once años ejerciendo como Policía Local, todos ellos en Pozoblanco, y reconoce que es la situación más “grave” vivida a nivel físico. Lo narra desde el Hospital Provincial, donde todavía tendrá que seguir unos días después de ser intervenido quirúrgicamente y tener que pasar por quirófano, probablemente, una segunda vez. Sin querer entrar en detalles de lo ocurrido durante la agresión, el agente apunta que “normalmente estamos una sola patrulla, pero ahora con el tema del Covid-19 hay otra de refuerzo hasta las cuatro de la mañana, tuvimos la suerte de que hubiera dos compañeros más que pudieron ayudarnos posteriormente”. Esa segunda patrulla se encontraba vigilando que las medidas contra el botellón se cumplieran y llegó algunos minutos después.

“¿Que si estamos preparados para estas situaciones? Evidentemente te preparan, tomas todas las precauciones tal y como te enseñan en la academia, luego entra en juego tu intuición y esa nos dijo que aquella noche íbamos a tener problemas”, apunta. Intentando reducir a las personas que provocaron los altercados en un bar de la localidad, tras recibir el aviso del propietario del mismo, sufrió la mencionada agresión de la que no se percató hasta que “mi compañero me dijo que me fuera al Hospital”. Hasta allí le llevo un ciudadano y luego fue trasladado hasta Córdoba por su compañero policía para ganar tiempo ante la falta en ese momento de ambulancias. Un compañero para el que también tiene palabras porque “es como un hermano” y aunque en menor grado también recibió golpes durante la intervención, aunque de nuevo lo psicológico y anímico se impone a lo físico.

Más allá de lo que podría ser un hecho puntual, Sergio León sí que pone en valor el trabajo de los policías locales reivindicándolos como algo más de quienes ponen multas de tráfico. “Parece que solo hacemos eso, pero intervenimos en muchas situaciones, en peleas, ayudando a personas mayores que viven solas, en accidentes, en tema de animales, en muchas circunstancias y ese trabajo no tiene altavoz”, denuncia. Por ello, y consciente de que parte de ese trabajo se desempeña en horas donde la gente duerme, reconoce sin pudor que “cuando estás de servicio en lo que piensas es en volver a ver a los tuyos”. Y en eso pensó cuando se produjeron unos altercados y una agresión que le ha reportado muchísimas muestras de cariño en estos últimos días deseándole una recuperación en el menor tiempo posible.