El Club Deportivo Pozoblanco cerró el año con una victoria ante el Rota que le permitirá afrontar el inicio del nuevo curso desde la quinta posición. La consigna en la entidad vallesana sigue siendo la misma, la mesura y alejarse de objetivos mayores pero la clasificación invita a no perder la fe de que los blanquillos estén en la pelea por el ascenso en el tramo final de la temporada.

Los guarismos del Pozoblanco al cierre del año hablan de 28 puntos, siete menos que el líder, el Xerez Deportivo, gracias a los ocho partidos ganados y los cuatro empates que suma el conjunto, frente a las cuatro derrotas cosechadas en este primer tramo de temporada. Unos números que el técnico del equipo, Emilio García Sosa, valora como “positivos” porque se sigue quedando con “el trabajo de mi equipo”.

“Estoy muy contento de puertas para fuera, pero de puertas para dentro siento mucho orgullo del trabajo que estamos realizando”, explicó el entrenador que reconoce que esas sensaciones son extensibles a una plantilla que “está entendiendo que el trabajo tiene sus frutos a modo de resultados”. El técnico sigue en la línea tomada desde el inicio de temporada y no habla de objetivos más allá de “mantener la ilusión intacta”, algo que a su juicio “se ha superado”.

García Sosa también valoró muy positivamente la última victoria conseguida ante el Rota porque rompió con la racha negativa de su equipo de tres partidos consecutivos lejos del Municipal sin conseguir sumar los tres puntos. “Fue un partido importante porque creo que te marca un poco y te permite afrontar el nuevo de otra forma”, afirmó el preparador, que ya tiene la mente puesta en el Antoniano.

Bajas

Sin embargo, no todo son buenas noticias en el seno del Pozoblanco ya que Antonio Jesús Almirón ha causado baja ante su falta de minutos siguiendo la estela de Manu Romero que también pidió su salida del club con destino al Porcuna por el mismo motivo, la falta de confianza del técnico traducida en minutos.