Polémica con la campaña de vacunación contra el coronavirus en Torrecampo después de que el PP de la localidad haya acusado a la alcaldesa, Paqui Alamillo, de vacunarse con una dosis sobrante pero saltándose los protocolos establecidos en el Plan de Vacunación puesto que no pertenece a ningún grupo de riesgo. La primera edil ha contestado a través de las redes sociales explicando la cronología que le llevó, efectivamente, a vacunarse el pasado 12 de enero. 

El PP asegura que las trabajadoras que están de baja médica no fueron tenidas en cuenta a la hora de solicitar las vacunas que se iban a administrar. Para los populares esta es «una mala decisión» que se acentúa cuando «nos enteraos que en dicha vacunación la alcaldesa se vacunó sin pertenecer a ninguno de los grupos llamados a vacunarse en esta primera fase saltándose el Plan de Vacunaciones establecido por el Ministerio de Sanidad». 

En su denuncia, también en redes sociales, el PP apunta que «supuestamente sobraba dos vacunas» estando de acuerdo en utilizarlas antes que tirarlas, pero se cuestionan si no hubiera sido más lógico utilizar esas vacunas sobrantes en algunas de las trabajadoras de baja médica o utilizarlas en cualquier vecino de la localidad de avanzada edad. Del mismo modo, los populares informan que han solicitado información por registro de entrada y que esperan una contestación lo antes posible. 

La contestación de la primera edil

Las redes sociales han sido también el vehículo utilizado por la alcaldesa del municipio para contestar a la acusación del PP. Para explicar el hecho de su vacunación, Alamillo apunta que el 19 de diciembre se remitió un documento al Área Sanitaria con el listado de personas que se iban a vacunar, un documento donde no se incluían las personas que estaban de baja «puesto que desde el Área Sanitaria Norte se indicó que a esas personas no se les vacunaría». Alamillo puntualiza que también se comunica «la relación que vincula a la residencia y mi expreso deseo de no ser vacunada hasta que me corresponda por el grupo de población al que pertenezco». En este punto hay que aclarar que la alcaldesa es presidenta de la residencia de mayores. 

El correlato continúa apuntando que tras el retraso en el proceso de vacunación se comunica que se avisará un día antes, algo que se produce el 11 de enero para comenzar la vacunación al día siguiente. Según la versión de la alcaldesa, la dirección del centro envío un segundo listado modificado al Área Sanitaria ya que se habían producido variaciones con respecto al remitido el 19 de diciembre. Llegado el día de la vacuna, «las enfermeras vacunan sobre el documento que poseen en ese momento» y a la cita «no acude una trabajadora y otra que en principio se la iba a poner porque no está prestando servicios por fin de contrato. Al final, sobran dos vacunas y las enfermeras pidieron a la dirección del centro que llamara a dos personas rápidamente y el director dijo que en 30 segundos se presentarían dos personas”, explica Alamillo. 

En este momento cuando la dirección del centro llama a la auxiliar que inicialmente estaba en el listado pero que en la actualidad no se encuentra trabajando y a la alcaldesa como presidenta ya que «acudo al centro todas las semanas». «Por lo tanto, la dosis que me ponen no le ha sido hurtada a ningún trabajador del centro y, por supuesto, a ningún residente», finalizada la alcaldesa.