El 24964, ese es el número que permitió a la administración de Lotería de Pozoblanco pasar a la historia de la Lotería de Navidad. El 22 de diciembre de 1961 el azar provocó que ese número dejara el primer ‘Gordo’ en la provincia de Córdoba con esta administración vendiendo varios décimos que repartieron alegría en la localidad pozoalbense, pero también en Torrecampo y El Viso gracias a las participaciones en las que por aquel entonces se distribuían los décimos para poder hacer frente a su coste. La suerte llegó a la comarca de Los Pedroches en forma de lotería y algunas publicaciones de la época recogen ese hecho histórico para la zona.

Ese número se guarda con especial cariño en la administración, al igual que todos los recuerdos que han pasado de generación en generación de una familia que vive cada 22 de diciembre como “una auténtica fiesta”. Lo recuerda Florencio Díaz, actual regente y perteneciente a la tercera generación de loteros de la familia, que nos detalla que fue su abuela la encargada de repartir ese primer premio. “Lo compró una persona que venía a Pozoblanco a comprar los encargos de varios vecinos de Torrecampo y lo repartió en participaciones por lo que sonrió a varias familias. También de El Viso y algunos décimos se quedaron en Pozoblanco”, narra el lotero. “Antes la lotería era más cara y se partían los décimos, de ahí las participaciones”, aclara.

El despacho de Lotería quedó desde entonces vinculada al 24964 que hoy venden al hijo de uno de los niños de San Idelfonso que cantó ese primer premio. “Se lo llevo mandando hace algunos años a esa persona porque llamó para pedirlo, ahora ya lo solicita el hijo”, explica Florencio Díaz con alegría y emoción por la vinculación que se establece gracias a la suerte. El lotero recuerda también que “el número se perdió con el paso de los años, pero Pozoblanco quedó en la historia. Para el 50 aniversario de ese sorteo lo recuperamos y ahora lo tenemos abonado para los sorteos de los jueves, sábados, Navidad y El Niño”. La suerte no dejó más primeros premios en esta administración, pero sí algún que otro cuarto y quinto, el último hace dos años. Más allá de los premios, Florencio Díaz sigue viviendo cada 22 de diciembre intensamente, esperando por qué no que el ‘Gordo’ vuelva a salir de su despacho.