El Viernes Santo siempre se cierra en Pozoblanco con la Hermanda de La Soledad asomándose al Cerro una vez que sale de San Sebastián. Este año no pudo ser porque la Hermandad tomó la decisión de no arriesgar ante las previsiones de lluvia. Lo comunició su presidente, Guillermo Jesús García, y los cofrades presentes en la iglesia aplaudieron en señal de respaldo a la decisión tomada. 

A las puertas de la iglesia se agolpó un gran número de personas que pudo escuchar las primeras notas de la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora de Luna de Villanueva de Córdoba porque tras una oración costaleros y costaleras se pusieron bajo las trabajaderas del paso del Sudario y de La Soledad y lo que no se pudo vivir en la calle, se vivió en el interior. Después le tocó a la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Soledad y a los costaleros de la Virgen. 

Mientras, en la calle, empezaron a caer las primeras gotas de la noche dejando claro que la decisión tomada fue la acertada porque llovió antes de lo previsto. El respiro llegó por la tarde con el Santo Entierro saliendo a la calle después de una Semana Santa que no veía un paso desde el lunes.