Todas las historias de los pregoneros arrancan con una llamada, es casi imposible salirse de ese comienzo. O quizás lo que damos por sentado no es así porque el germen estaría en el bagaje personal y profesional, punto de partida para alcanzar esa hipotética meta. Fernando Luján, pregonero de la Virgen de Luna 2023, recibió esa llamada, la destinada a comunicarle la designación de pregonero, un caluroso mes de julio. Un sí casi inmediato le situará como el pregonero más joven de la Virgen de Luna hasta la fecha, en un año muy especial, el que conmemora el 75 aniversario de la Imagen actual de la patrona de Pozoblanco. Esa llamada que es el principio, también es la vuelta a los orígenes porque para cualquier pozoalbense así podría traducirse la Romería de la Virgen de Luna. Fernando Luján no es ajeno a esa realidad y relata con nostalgia los años de ausencia, los cambios a la hora de hacer el camino, destacando algo que hará también durante su pregón, el protagonismo es único y pertenece a ella, a la Virgen de Luna.

 

Pregunta: Pues empecemos por el principio, ¿cómo se entera de su designación como pregonero de la Virgen de Luna? 

Respuesta: Estaba en Pozoblanco de vacaciones, en torno a mediados de julio. Me llamó Don José María y me dijo que fuera a la parroquia porque tenía que decirme algo. Me extrañó porque me lo podría haber dicho por teléfono, pero no pregunté y fui para Santa Catalina. Al llegar allí me encontré a Juan, el capitán de la Cofradía, no me imaginé nada. Juan me comunicó la noticia, supuso una sorpresa porque hay mucha gente que lo haría mucho mejor que yo. Recuerdo que le dije a Juan que era una barbaridad, porque no tengo experiencia y sé que hay gente que puede contar las cosas mejor que yo. Pero parece que la Virgen también me lo pedía y le dije que sí, me abandoné porque supe que la Virgen me hacía un guiño, que ese era mi momento.

P: ¿En ese momento aceptó la proposición?

R: Sí, en ese mismo momento, Don José María me apoyó. Muchas veces hay que lanzarse, como cuando uno está en el filo de la piscina y no sabe si lanzarse. A veces hay que ser valiente, creo yo.

P: ¿Quién fue la primera persona a la que le comunicó la noticia?

R: Cuando regresé a mi casa a la primera persona que me encontré fue a mi abuela. Le dije que se sentara, que tenía que contarle una cosa. La verdad es que se emocionó mucho, le dio mucha alegría. Después a mis padres y demás, salió la noticia en los diferentes medios de comunicación y aquellos días noté el calor y cercanía de muchísima gente que se alegraba de ese nombramiento.

P: ¿Qué significa para usted la Virgen de Luna y su romería? 

R: Personalmente, la Virgen de Luna ha supuesto algo muy importante en mi vida porque desde niño he vivido todo lo que conlleva, no solo la Romería, sino que estuviera la Virgen de Luna en el pueblo. Eso para mí siempre ha sido muy importante. Durante mi época del seminario no podía venir a la Romería y una de las cosas que tenía clara es que cuando pudiera siempre iba a marcar en el calendario a rojo el día de la Romería, el día de la Virgen. Pienso que es un momento de los más importantes para Pozoblanco, todo el pueblo se vuelca, ser testigo de eso año tras año, ser un eslabón más en la cadena de esa larga tradición es una responsabilidad para nosotros como transmisores a las futuras generaciones de ese fervor, de esa fe.. Así lo veo yo, como algo fundamental en la vida de todos los pozoalbenses, pero todo eso mira a la figura de la Virgen, de la Madre, a la alegría que suscita en nuestros corazones con su vuelta. Recordaba preparando el pregón muchas cosas de mi niñez, al final tenemos que hacernos como niños, volver a ese comienzo, a despertar esos sentimientos que suscitaba en nosotros cuando éramos niños, esa alegría, porque también de eso vivimos.

P: Hablaba de los años que no pudo venir, eso es algo común a muchas personas, también jóvenes porque son fechas cargadas a nivel lectivo. Es la Romería también un punto de reencuentro, aunque sea con el paso de los años, en ese sentido.

R: Es cierto, ese componente lo tiene. Se dice que uno no echa de menos algo hasta que no lo tiene. Me solidarizo con esas personas que no pueden estar, aunque estén de corazón, que lo tienen puesto en la romería, en el santuario. Además del acontecimiento religioso, que es para mí el principal, no podemos olvidar el componente social. Es un día de convivencia de todos los pozoalbenses, un día donde nada es de nadie, un momento donde se ve una fraternidad y hermandad entre el pueblo. Es como si todos fuéramos una misma familia, es algo muy bonito, es algo que tiene nuestra Romería, ese componente familiar. 

P: ¿Cuáles son los recuerdos que más se le han hecho presentes durante la elaboración del pregón? 

R: Los recuerdos que tengo en mi memoria son de los del día de la Romería, los recuerdo como algo marcado en el calendario, vivirlo con mi familia. Una de las cosas que guardo con mucho cariño es esperar a la Virgen en el Arroyo Hondo, pero no en el Arroyo Hondo como tal, sino en el solar de la tía María, tengo guardado un momento muy especial: ofrecer el hornazo. Después de la Romería nos íbamos al solar y allí echábamos la tarde hasta que pasaba la Virgen, los niños vivíamos con mucho nerviosismo ese momento, preguntando una y otra vez a la gente que hacía el camino por dónde venía la Virgen. Es algo que puede ser infantil, pero guarda una profundidad tremenda. En el corazón de los pequeños se va sembrando esa semilla de devoción a la Virgen, no es una cosa pueril porque es decirle a la Virgen, aquí estamos para que tú seas la que guíe nuestro camino. Recuerdo ese momento, la ofrenda del hornazo como algo muy bonito en mi infancia. 

Otros momentos importantes, que pueden pasar más desapercibidos porque nos centramos en el día de la Romería, los conforman los días  que acudía con mi abuela a la parroquia de Santa Catalina a ver a la Virgen de Luna o participar en la procesión del lunes. Esos recuerdos también están en mi memoria.

 

P: ¿Qué no quería dejar atrás en su pregón?

R: No quiero hacer spoiler, pero tenía claro desde el primer día que tenía que hablar de la verdadera protagonista de estos días y de todos los días, que es un punto importante lo de todos los días, y esa es la Virgen. Más allá de mis palabras, que puedan ser más o menos acertadas, quiero que al final el que hable sea el pueblo, un pueblo que venera, ama y busca a la gente. Mis palabras, pobres, transmiten eso, la fe en la Virgen. Evidentemente, recorriendo todas las tradiciones, la ceremonial de siglos pasados como recuerda la Cofradía, pero el eje es la Virgen, cómo es protagonista y cómo ha de ser protagonista todos los días, también cuando no está en Pozoblanco.

P: ¿Le ha resultado complejo plasmar esa idea sobre el papel? 

R: Sí, la verdad es que si. Cuando Juan me comunicó la noticia y yo le respondí que era una barbaridad me dijo: “pero para ti será fácil”. No. Estoy acostumbrando a hablar en público, con la predicación, en la catequesis, homilías, pero es otra forma de hablar. Es algo que cuesta porque se te vienen muchas ideas y plasmarlas en el papel es costoso, pero me he encomendado a la Virgen y que ella sea la que me guíe. Al final habla el corazón, el amor que uno le tiene a la Virgen. Lo que se valora es que seas tú, un pregón supone que uno pregone algo bajo la perspectiva personal, eso creo que es lo que se valora y gusta.

P: Además, es el pregonero más joven.

R. Eso es una enfermedad que se pasa con los años.

P: Pero, ¿crea más responsabilidad?

R: Claro, tengo en casa un libro que editó Manuel Moreno Valero en el que están recogidos varios pregones y valoro las personalidades que han sido designadas. Lo veo como una responsabilidad muy fuerte y con mucha seriedad. Ellos -se refiere a la Cofradía- sabrán lo que habrán hecho (risas). Espero que no les defraude.

  

El pregonero de la Virgen de Luna 2023 no adelanta muchos detalles de ese pregón, pero la música estará presente, una música que también le ha servido de inspiración porque “la música te hace el camino más fácil”. Valora también lo que la música aporta al evento porque “le da un carácter artístico al pregón, que no deja de tener ese componente de espectáculo y eso es bonito”.

 

P: Decía que la música le hace el camino más fácil. ¿Es de hacer el camino?

R: La mayoría de mis años de juventud me sumé a las modas e hice el camino de ida. Pero hace ya años, cuando uno va asentando la cabeza, descubrí el camino de vuelta, junto a la Virgen y mientras pueda voy a seguir haciéndolo. Es muy bonito, tenemos un lugar privilegiado que tenemos que ser capaces de valorar, cuidar y transmitir al igual que nos lo han transmitido a nosotros. Pero volviendo al camino, me quedo en hacerlo junto a la Virgen, hablando con unos y otros, incluso con gente que ves una vez al año, justo en ese camino. Me quedo con ese camino.

P: Decíamos antes de que es el pregonero más joven y lo es en un año especial, en el año que se conmemora el 75 aniversario de la actual imagen de la Virgen.  

R: Antonio, el sacristán durante tantos años de la parroquia de Santa Catalina, que fue el que abrió la caja donde venía la Virgen que se adquirió después de la contienda bélica, decía: “Cada año más antigua, pero al final siempre nueva”. Me quedo con eso, con lo bonito que es el hecho de que a esa imagen le hayan rezado tantas generaciones, que tantas personas han puesto sus esperanzas en ella, cuántos ojos la han mirado, la han buscado, cuántas personas se han acercado a la presencia de María a través de esta imagen. Y cuántas generaciones venideras la seguirán mirando.

Pero volviendo a la pregunta, sumamos más responsabilidades con esta efeméride. Es una buena fecha y con buen criterio la Cofradía va a tener alguna cita especial como la del 7 de febrero. Creo que es algo importante y hay que tenerla presente.

  

La conversación finaliza volviendo al camino, un camino que este año será “especial” aunque “lo vivo con mucha tranquilidad, con mucha paz. Tengo nervios por estar a la altura, pero no me ha quitado el sueño, tienes que ser tú mismo, dejar que hable tu corazón, vivirlo y disfrutarlo”. Precisamente ese es el consejo con el que Fernando Luján se queda y que le han brindado otros pregoneros, que disfrute. “Para un hijo de Pozoblanco ser pregonero de la Virgen de Luna es algo muy especial, es algo que se ha ido consagrando con el paso del tiempo, tienes una misión muy importante. Tengo el corazón abierto para disfrutar, para vivir porque el pregonero tiene la oportunidad de disfrutar de muchos momentos de la cofradía. Voy a ser testigo de una tradición antiquísima, a ser historia de nuestro propio pueblo y voy a disfrutarlo. Es algo tan especial que creo no merecerlo, pero es algo por lo que doy gracias a la Virgen, por darme este privilegio”, sentencia.

 

*Entrevista publicada en la revista que edita la Cofradía de la Virgen de Luna con motivo de la Romería de la patrona de Pozoblanco