Desde San Gregorio a la calle Mayor, la Carrera Oficial o el Risquillo. El Lunes Santo pozoalbense volvió a llenar las calles de gente y de esa bulla típica de la Semana Santa. Eso sí, el Lunes Santo fue más silencio que nunca con la apuesta por el tramo azul para que las personas con espectro autista u otro tipo de problemas de sensibilidad auditiva pudieran disfrutar de la estación de penitencia en algunos puntos del recorrido donde eso, el silencio, se apoderó del cortejo. 

A las ocho de la tarde se abrieron las puertas de la ermita de San Gregorio, con los más fieles esperando a las puertas la salida de una procesión que tuvo doble acompañamiento musical, la Agrupación Musical San Juan de Bailén para el paso del Cristo y la Banda de Música de Santa Cecilia de Pedroche para el paso de la Virgen. Después, tocó afrontar el resto de un recorrido que dejó muchas imágenes para el recuerdo.