La indignación crece entre los padres y madres afectados por el cierre del CEIP Quercus de Venta del Charco tras las últimas noticias ofrecidas por la delegación territorial de Educación de la Junta de Andalucía. En un comunicado emitido ayer viernes se precisaba que «se trata de un traslado provisional del alumnado al CEIP Maestro Juan Hidalgo de Cardeña, no del cierre del colegio, para ofrecer una educación de calidad a los cuatro alumnos que quedarían matriculados». Dos afirmaciones ante las que se rebelan porque en primer lugar entienden que sus hijos están «perfectamente» atendidos en el centro y, en segundo lugar, porque la experiencia les dice que el cierre es un hecho. 

«Creemos que nos toman por tontos, hicieron lo mismo en Azuel cuando cerraron el colegio con el mismo argumento, en la actualidad hay más niños y el centro no se ha vuelto a abrir. Si el colegio se cierra no lo va a abrir nadie, ni la actual delegada ni los que vengan después», explica Mari Carmen Cano, una de las madres afectadas por esta decisión. Los padres y madres, que tienen el próximo martes una reunión telemática con la delegada de Educación, Inmaculada Troncoso, miran más allá del hecho del cierre y valoran todo lo que implica para el pueblo. 

«Nuestro pueblo está bien equipado a nivel de tecnología, ahora la pandemia hay gente que valora venirse, hay parejas jóvenes a las que directamente le dices que se vayan porque sus hijos van a tener que desplazarse para ir al colegio», apunta. Y es que tras estas decisiones también se palpa la sensibilidad ante un problema muy recurrente a nivel político como es la despoblación, pero que a la hora de la verdad se topa con situaciones que poco o nada ayudan a revertir esta problemática. «Está claro que es una decisión en términos de rentabilidad económica y política», afirma Cano. 

Esta es la situación actual, pero para entender cómo se ha llegado a la misma hay que ir hasta el día 11 de enero, cuando las madres de los alumnos mantuvieron la primera reunión con el inspector de Educación. Allí se hizo hincapié en la necesidad de que los niños tuvieran más oportunidades de relacionarse con otros niños y niñas, pero «nunca se habló de cierre del colegio». Además, se expuso la problemática de los desplazamientos y de la elección de centro una vez finalizase la etapa de Primaria. «Después, nos enteramos por la prensa de que el centro se cerraba y que no era tanta la preocupación de las madres, cuando eso no es así, nos sentimos engañadas». 

Esto derivó en una segunda reunión a la que ya acudieron todos los padres y madres implicados y la alcaldesa de Cardeña, Catalina Barragán, ya que en esa reunión, al contrario de lo que ocurriera en la primera, sí se establecía como punto el cierre del centro. En ese encuentro la decisión ya se planteó como firme lo que condujo a la lucha que ahora han emprendido desde el centro para evitar un cierre al que no se quieren ver dirigidos. Además, los padres y madres defienden que «nuestros hijos están perfectamente atendidos por sus profesores, no nos pueden decir que esta es una de las causas para el traslado».